Israel cortó el suministro de electricidad en Gaza, lo cual perjudicó a una planta de desalinización que genera agua potable para parte del territorio que es árido.
La organización terrorista Hamás respondió y afirmó que esta decisión forma parte de «la política de hambre» que lleva a cabo el Gobierno israelí.
La semana pasada, Israel suspendió el suministro de bienes en Gaza, un territorio en el que viven más de dos millones de palestinos.
Con estas medidas, las autoridades israelíes buscan presionar a Hamás y lograr que acepte que se extienda la primera fase del alto al fuego. Esa etapa terminó el fin de semana pasado. Israel quiere que Hamás libere a la mitad de los rehenes secuestrados en Gaza a cambio de acordar una tregua duradera.
La operación secreta de Trump para que Hamás libere a los 59 rehenes secuestrados en Gaza
Pero Hamás quiere comenzar las negociaciones en la segunda fase más complicada del alto al fuego, que implicará la liberación de los rehenes que aun están en Gaza, la retirada de las fuerzas israelíes y una paz duradera.
Se estima que este grupo terrorista tiene 24 rehenes vivos y los cuerpos de 35 individuos.
Hamás advirtió que el corte de los suministros afectará a los rehenes.