El gobierno de Bolivia lanzó una advertencia contundente: si Evo Morales llega este viernes a La Paz para inscribirse como candidato presidencial, será arrestado de inmediato. Así lo confirmó el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, quien aseguró que la Policía ejecutará la orden de aprehensión vigente contra el ex mandatario, dictada en octubre de 2024 por una fiscalía de Tarija por un caso de trata agravada de personas.
El anuncio llega en un momento crítico, cuando seguidores de Morales ya avanzan hacia la capital en una caravana que busca forzar su postulación.
La tensión aumentó luego de que el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) ratificara esta semana que Morales no está habilitado para competir en las elecciones generales del 17 de agosto.
“La reelección presidencial solo puede darse una vez de manera continua”, recordó el TCP, en referencia a los tres mandatos ya cumplidos por el líder del MAS entre 2006 y 2019. Sin embargo, el ex presidente insiste en desafiar ese fallo, amparado en su base militante, que se moviliza desde el Trópico de Cochabamba, su bastión político.
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Desde el entorno de Morales afirman que se mantiene en la caravana, aunque sin aparecer en público por razones de seguridad. Mientras tanto, sus simpatizantes denuncian allanamientos y detenciones por parte de las fuerzas de seguridad. Para Del Castillo, el verdadero objetivo de la movilización no es la inscripción electoral, sino generar una crisis institucional. “Está intentando convulsionar La Paz para evitar que se realicen las elecciones”, acusó el ministro.
La situación legal de Morales es compleja. Si bien una jueza de Santa Cruz anuló la orden de captura a principios de mayo, esa decisión fue revertida rápidamente y la magistrada terminó detenida por prevaricato. Morales, alejado del presidente Luis Arce desde 2021 por disputas internas en el MAS, fundó recientemente el bloque Evo Pueblo, que no podrá competir en los comicios por no contar con personería jurídica.
Dicho conflicto refleja una fractura profunda dentro del oficialismo boliviano. Mientras el gobierno respalda a Grover García como nuevo titular del MAS, Morales se mantiene firme en su cruzada por volver al poder.
El enfrentamiento entre ambas facciones promete escalar en los próximos días, justo cuando el país se prepara para unas elecciones marcadas por la polarización, la judicialización de la política y una figura —la de Evo Morales— que aún divide aguas con fuerza en Bolivia.