A pesar de no tener cuentas personales en plataformas como Instagram o TikTok, el Papa Francisco se convirtió en una figura viral y cercana para millones de jóvenes en todo el mundo. Desde su elección en 2013, se convirtió en una figura mediática sin precedentes en la historia de la Iglesia.
Su carisma, gestos espontáneos y mensajes directos lograron traspasar las fronteras digitales, posicionándolo como un líder espiritual que supo adaptarse a los tiempos modernos sin perder su esencia.
Una presencia digital sin precedentes
Aunque no utilizaba dispositivos electrónicos personales, Francisco fue el primer pontífice en tener una cuenta oficial en Instagram y mantuvo una activa presencia en plataformas como X (anteriormente Twitter) y YouTube.
Su estrategia comunicativa no solo buscaba difundir mensajes religiosos, sino también fomentar el diálogo y la reflexión sobre temas contemporáneos. Él mismo afirmaba que «Internet es un don de Dios», pero advertía sobre los riesgos de su mal uso, instando a una comunicación que promueva la solidaridad y el respeto por las diferencias.
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El humor como herramienta pastoral
El sentido del humor fue una constante en su pontificado. Francisco solía rezar diariamente la oración de Santo Tomás Moro, pidiendo «el sentido del humor». En una ocasión, al ser preguntado por su estado de salud, respondió con una sonrisa: «Sentado».
Además, en una reunión con humoristas de todo el mundo, afirmó que «se puede reír de Dios», siempre que se haga con respeto, y destacó el papel del humor en la denuncia de los excesos del poder y en la promoción de la empatía.
“O senso de humor é o certificado de sanidade.” – Papa Francisco pic.twitter.com/sqIL3kxy9a
— Adriana Gonzalez (@AdrianaRepresas) April 22, 2025
Momentos virales y cercanía con el pueblo
Francisco protagonizó numerosos momentos que se volvieron virales en redes sociales. Uno de los más emotivos ocurrió en 2018, cuando un niño le preguntó si su padre, no creyente, estaría en el cielo. El Papa respondió: «Dios seguramente estaba orgulloso de tu papá, porque es más fácil que, siendo creyente, se bautice a los hijos que, siendo no creyente, bautizarlos». Estas respuestas, cargadas de humanidad y comprensión, resonaron profundamente en la comunidad digital.
En 2023, una imagen generada por inteligencia artificial que mostraba al Papa con una chaqueta blanca de diseñador se volvió viral, conocida como el «Balenciaga Pope». Aunque era falsa, la imagen fue ampliamente compartida y comentada, demostrando el impacto de su figura en la cultura digital.
Francisco también abordó los peligros del mundo digital. En su encíclica Laudato si’, advirtió que «los medios actuales permiten comunicarnos y compartir conocimientos y afectos, pero a veces también nos aíslan del contacto directo con el dolor, los temores y las alegrías de los demás». Promovió una presencia auténtica en las redes, alentando a los jóvenes a ser «vecinos digitales» que escuchen y acompañen a quienes sufren.
Relación con figuras contemporáneas
Su capacidad para conectar con diferentes generaciones se evidenció en encuentros como el que tuvo con el streamer argentino Luquita Rodríguez en 2024. Al ser preguntado sobre el rol del arte en la búsqueda del sentido, Francisco respondió: «El arte te tira adelante, te libera y te ensancha el corazón». Incluso citó a Jorge Luis Borges, demostrando su aprecio por la cultura y la literatura.
Reflexiones sobre la tecnología y la ética
Francisco abordó temas como la inteligencia artificial y la adicción al celular, enfatizando la necesidad de un enfoque ético en el uso de la tecnología. Advirtió sobre cómo las redes sociales, diseñadas bajo lógicas de mercado, pueden dispersar la atención, polarizar a la sociedad y distorsionar la percepción de la realidad. Llamó a una comunicación no hostil que promueva la esperanza, construya puentes y dé voz a los más vulnerables.
En este marco, el Papa dejó un legado comunicativo que combinó tradición y modernidad. Su habilidad para utilizar las redes sociales como herramientas pastorales, su sentido del humor y su enfoque ético en la comunicación lo convirtieron en un referente global. En palabras del periodista Jordi Évole, «en una época en la que triunfan ideas reaccionarias, era nuestro dique ético y político».