Evo Morales quedó oficialmente fuera del juego electoral en Bolivia. El Tribunal Supremo Electoral (TSE) confirmó que su candidatura no fue registrada para las elecciones presidenciales del 17 de agosto de 2025. El ex presidente intentó una maniobra de último momento aliándose con el partido PAN-Bol, pero esta fuerza política había perdido su personería jurídica semanas atrás. La jugada fue desactivada antes de que pudiera tomar forma.
A pesar del revés legal, Morales y su equipo no se dieron por vencidos. Su compañera de fórmula, la ex ministra Wilma Alanoca, intentó presentar la documentación en persona en la sede del TSE, pero fue rechazada en dos oportunidades. “Nos han discriminado”, denunció Alanoca, acusando al ente electoral de actuar con arbitrariedad. Pero la respuesta del tribunal fue clara: sólo se admitían postulaciones a través de su sistema digital, y PAN-Bol no tenía acceso.
El abogado del ex mandatario, Wilfredo Chávez, aseguró que habían enviado la candidatura por correo electrónico, y que ese canal debía ser válido. Sin embargo, el TSE lo desmintió públicamente, y reafirmó que sólo los partidos habilitados podían registrar binomios presidenciales mediante el sistema informático oficial. Así se cerró la puerta, al menos por ahora, a una nueva postulación de Morales.
Mientras tanto, el malestar entre sus bases creció. Desde el Trópico de Cochabamba —bastión sindical de Morales— surgieron amenazas de “revolución en las calles” si el líder cocalero era excluido.
Aunque esos mensajes fueron compartidos por el propio Evo en redes sociales, él eligió el silencio luego del rechazo de su postulación. No hubo declaraciones, sólo una tensión que se siente en el aire político boliviano.
La caída de PAN-Bol se suma a la del Frente para la Victoria (FPV), con quienes Morales también había intentado un acuerdo que fracasó. Ambas fuerzas perdieron su personería por no alcanzar el mínimo del 3 % en los comicios de 2020. Con el MAS ya bajo el liderazgo de Grover García —y con Eduardo del Castillo como candidato oficial—, Morales se queda sin estructura, sin partido y sin boleta. Su nuevo espacio, Evo Pueblo, aún no cuenta con reconocimiento legal. El tablero político avanza sin él… por ahora.