El nuevo primer ministro de Canadá, Mark Carney, se presentó ante el país con un mensaje de unidad y firmeza en su primera aparición pública tras ganar las elecciones federales. Aunque el conteo aún no finalizó por completo, los resultados ya confirmaron un cuarto mandato consecutivo para el Partido Liberal, que gobernará en minoría.
Carney destacó su compromiso de trabajar “con todos los partidos y todos los territorios y la sociedad civil”, marcando el inicio de una etapa política atravesada por desafíos internos y tensiones externas.
En un discurso encendido en Ottawa, ante una multitud de simpatizantes, Carney dirigió sus dardos más directos al presidente de Estados Unidos Donald Trump. “Estados Unidos quiere nuestra tierra, nuestros recursos, nuestra agua, nuestro país, y no son amenazas gratuitas. El presidente Trump quiere quebrarnos para poseernos. Y eso no pasará, nunca jamás pasará”, exclamó entre aplausos, dejando en claro que su gobierno buscará proteger la soberanía canadiense a toda costa.
El mandatario, que asumió el poder apenas nueve días antes de convocar elecciones anticipadas, evitó los festejos estridentes y apeló al pragmatismo, consciente de que no logró la mayoría absoluta.
Aun así, la base liberal celebró con entusiasmo, en especial cuando se aludía a la necesidad de mantener la resiliencia nacional. “Estamos ante una nueva realidad, hemos superado el shock de la traición americana”, reflexionó Carney. “Pero nunca deberíamos olvidar la lección: debemos cuidarnos a nosotros mismos, y sobre todo, cuidar los unos a los otros”.
Durante su discurso, el líder liberal también se refirió a su futura relación con la Casa Blanca: “Negociaré con el presidente Trump, como lo hacen dos naciones soberanas”, aseguró, y agregó que “Canadá tiene muchas, muchas otras opciones que los EEUU para lograr la prosperidad”.
En materia de políticas públicas, Carney se comprometió a enfrentar con decisión la crisis habitacional, anunciando una nueva industria basada en recursos y mano de obra local: “Vamos a construir muchísimas casas cada año con una industria de la vivienda enteramente nueva que usará tecnología canadiense, trabajadores cualificados canadienses y madera canadiense”.
Finalmente, al cerrar su mensaje, remarcó: “Es hora de poner fin a las divisiones y los rencores del pasado”, perfilándose como un líder decidido a equilibrar el diálogo interno con una firme defensa de los intereses nacionales ante el mundo.
