La cantidad de armas en Brasil en poder de sus habitantes creció un 474% durante los últimos tres años y medio en coincidencia con el arribo de Jair Bolsonaro a la Presidencia de la Nación, acorde con un estudio del Foro Brasileño de Seguridad Pública (FBSP) que se conoció esta semana.
A fines de 2018, previo a que Bolsonaro se consagrara como líder del país vecino, había 117.500 armas registradas en Brasil en manos de sus ciudadanos, número que pasó a los 673.800 en junio, según las cifras del Ejército brasilero. Esa estadística contempla armas de caza, para disparar y para coleccionar.
Durante una entrevista a Xinhua, una de las autoras del estudio, la letrada e investigadora del FBSP Isabel Figueiredo, aseveró que la suba de armas en Brasil «representa una preocupación muy grande para quien actúa en el área de seguridad pública» e hizo hincapié en que la flexibilización de las normativas para la obtención de armas en Brasil fue una de las promesas que llevó a cabo Bolsonaro en su campaña electoral. Es por eso, que sostuvo que el jefe de Estado tuvo una actitud «coherente» en su discurso al tiempo que advirtió el riesgo que eso implica para la seguridad pública de la nación.
En esa línea aseguró que «tenemos un escenario muy malo, con un presidente que fue elegido con una pauta en favor de las armas, ya anunció en la campaña electoral que si ganaba liberaría las armas de fuego y con esto ha sido muy coherente», y remarcó que «desde que asumió, editó decretos y normativas para facilitar el acceso a las armas, el número de armas que las personas pueden tener, la cantidad de munición o el calibre de las armas«.
Acorde con el Anuario de Seguridad Pública que el FBSP difundió esta semana, las muertes violentas en Brasil disminuyeron un 6,5% en 2021 respecto del 2020, con un total de 47.503 muertes violentas el año pasado, el número más bajo desde 2011.
Por su parte, Figueiredo sostuvo que «todavía no logramos analizar el efecto de esta corrida armamentística, es algo que veremos en los próximos años»; por lo tanto, aseveró que «lo que tenemos ahora es un Gobierno federal apropiándose de un descenso de los homicidios, algo que ya viene desde 2018».
«Brasil, como se sabe, tiene índices alarmantes de homicidios», afirmó, y subrayó que «tenemos muchas veces estudios de la ONU en los que aparece como mayor número absoluto de homicidios, tasas absurdas. «Brasil corresponde al 2,7% de la población mundial pero tiene el 20% de la tasa de homicidios global», remarcó.
Frente a ese panorama, la experta precisó que desde 2017 la cantidad de asesinatos en el territorio brasilero mermó sobre todo «por las políticas públicas implementadas por los estados con alguna consistencia desde hace años» y señaló que «en la seguridad pública, es difícil imaginar que si se hace una intervención en la política púbica, el resultado será inmediato, normalmente hay un período para sentir estos impactos».
Sin embargo, esta alza de las armas que hay en circulación, configura «un riesgo muy grande de inflexión en esta curva de descenso«. En consecuencia, afirmó que «percibimos que este aumento de armas en el país tienda a medio plazo a revertir esta tendencia de caída de los homicidios que estamos viendo»
A su vez, Figueiredo sostuvo que más allá del incremento de alrededor del 500% de las armas en manos de civiles brasileros, «no se puede decir que la población brasileña se esté armando». En ese sentido, manifestó que «la población brasileña, por suerte, está en contra de las armas», y detalló que «tenemos un sondeo de opinión reciente sobre este asunto en el que se apunta que el 70% de la población brasileña está en contra de la facilidad para tener armas de fuego».
«Este número grande muestra que segmentos muy específicos están haciendo esta corrida armamentística, los que serían los cazadores, tiradores, coleccionadores, y algunas personas comunes más radicalizadas de la base de seguidores del presidente», indicó.
Sin embargo, puso el foco en que esta alza de las armas en la nación limítrofe «significa un riesgo muy grande para la seguridad pública» y es por eso, que remarcó que «tenemos un consenso científico internacional que muestra que más armas de fuego significa más crímenes violentos, por esto nuestra preocupación».
Fuente: www.noticiasargentinas.com
