El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, decretó el estado de excepción en siete de las 24 provincias del país. ¿Qué está pasando en la nación latinoamericana?
El mandatario decidió eliminar el subsidio al diésel, lo cual desató una serie de protestas en distintos puntos del territorio ecuatoriano.
Al eliminar la ayuda económica que era de 1.100 millones de dólares, el precio del combustible pasó de 1,80 a 2,80 dólares por galón. A modo de compensación, la administración ecuatoriana ofreció retribuciones económicas que van desde los 400 a los 1.000 dólares mensuales a los transportistas junto con programas de apoyo social y agrícola y entrega de tractores
Pero ante el aumento del diésel, la gente salió a la calle a manifestarse en contra, argumentando que el incremento afecta el costo de vida en Ecuador.
Como respuesta, el jefe de Estado emitió una resolución que ordena «declarar el estado de excepción en las provincias de Carchi, Imbabura, Pichincha, Azuay, Bolívar, Cotopaxi, y Santo Domingo, por la causal de grave conmoción interna».
Sostuvo que «las paralizaciones que han alterado el orden público, provocando situaciones de violencia manifiesta«, perjudicando el «derecho a la libre circulación, al trabajo y al ejercicio de actividades económicas».
Y aclaró que si bien su gobierno está dispuesto a sentarse a dialogar, no soportará «presiones ni extorsiones».
Esta determinación tendrá una duración de 60 días e implica además la suspensión de la libertad de reunión en esas siete provincias.
Sobre este último punto, Noboa autorizó a las fuerzas policiales y militares a «impedir y desarticular reuniones en espacios públicos donde se identifiquen amenazas a la seguridad ciudadana».
Aunque el presidente haya impuesto el estado de excepción, los estudiantes de Quito, la capital del país, llamaron a una movilización para este martes a la tarde y el Frente Unitario de Trabajadores (FUT) anunció que llevará a cabo una marcha el próximo 23 de septiembre, debido a que, las autoridades «están llevando al límite la paciencia popular».
No es la primera vez que un mandatario de Ecuador debe enfrentar protestas por subir el valor de los combustibles. Ya se vivieron situaciones así con Lenín Moreno (2017-2021) y Guillermo Lasso (2021-2023), que debieron afrontar protestas de la comunidad indígena al subir el valor del diésel. En ese entonces, la nación vivió tres semanas de pura violencia y ambos jefes de Estado estuvieron el límite de renunciar.