Durante el mandato del presidente Donald Trump en la Casa Blanca, la deuda nacional creció en unos $7,8 billones de dólares, o casi un 40% en comparación con la cantidad cuando el expresidente Barack Obama dejó el cargo en enero de 2017.
En su campaña presidencial de 2016, Trump dijo que se «desharía» de la deuda nacional durante ocho años en el cargo. En realidad, el presidente deja el cargo después de cuatro años, habiendo perdido su candidatura a la reelección ante el presidente electo Joe Biden. Pero en lugar de abordar la deuda nacional durante sus cuatro años en el cargo, la administración Trump supervisó un aumento significativo incluso antes de que la pandemia de COVID-19 obligara al gobierno a aprobar una legislación de estímulo masivo.
Cuando Trump asumió el cargo el 20 de enero de 2017, la deuda nacional rondaba los 19,9 billones de dólares. Cuando deja el cargo este mes, la deuda nacional ha crecido a unos 27,7 billones de dólares. Eso es un aumento del 39,2%.
El déficit anual bajo Trump se ubica como el tercero más alto de cualquier presidente en la historia de Estados Unidos; los otros dos son los ex presidentes Abraham Lincoln y George W. Bush, quienes supervisaron las guerras durante sus mandatos en la Casa Blanca, según Eugene Steuerle, cofundador del Centro de Políticas Tributarias Urban-Brookings, acorde a lo informado por The Washington Post. Aunque gran parte del gasto deficitario bajo Trump se produjo como resultado del estímulo COVID-19, la deuda estaba creciendo rápidamente incluso antes de 2020.
Los economistas han señalado el logro legislativo característico de Trump, la Ley de Empleos y Reducción de Impuestos de 2017, por impulsar la deuda nacional hacia arriba. Los recortes de impuestos, que beneficiaron en gran medida a los estadounidenses y corporaciones más ricos, dejaron un déficit significativo en los ingresos fiscales. La Oficina de Presupuesto del Congreso proyectó en enero que el déficit anual sería de alrededor de U$D 1 billón en el futuro debido en gran parte a los recortes de impuestos de Trump.
A principios de 2020, la deuda nacional ya había aumentado en unos 3,3 billones de dólares desde que Trump asumió el cargo tres años antes. Eso se produjo después de que la creciente deuda se estabilizara en los últimos años de Obama en el cargo. El ex presidente demócrata había heredado una recesión económica, lo que llevó al gobierno a recurrir al gasto deficitario para apuntalar la economía. Esto provocó que la deuda nacional siguiera creciendo sustancialmente durante sus primeros cuatro años en la Casa Blanca.
Aunque gran parte del gasto deficitario bajo Trump se produjo como resultado del estímulo COVID-19, la deuda estaba creciendo rápidamente incluso antes de 2020.
Cuando la pandemia golpeó a Estados Unidos el año pasado, la mayoría de los economistas tenía claro que el Congreso necesitaba actuar rápidamente a través de una legislación de estímulo masivo, ya que gran parte del país entró en estrictos bloqueos en marzo. El Congreso aprobó la Ley CARES bipartidista de U$D 2.2 billones en la primavera y luego impulsó otro paquete de U$D 900 mil millones en diciembre. Si bien los economistas dicen que la deuda deberá abordarse eventualmente, la mayoría está de acuerdo en que la prioridad en este momento debería ser abordar las consecuencias económicas de la pandemia.
«Como siempre, hay quienes parecen más preocupados por el aumento de los déficits presupuestarios federales y la deuda pública que por el aumento del desempleo y las pérdidas de ingresos generadas por el shock», Josh Bivens, director de investigación del Instituto de Política Económica, escribió en una publicación de blog. «Pero priorizar la moderación de la deuda en los próximos años sobre la restauración de las tasas de desempleo anteriores a la crisis es una mala economía», agregó.
Biden y los demócratas ya han prometido más alivio de COVID-19, que se espera que aumente aún más la deuda nacional antes de que los legisladores trabajen para reducir los déficits presupuestarios anuales. Al mismo tiempo, el presidente electo ha dicho que tiene como objetivo derogar los recortes de impuestos de Trump y aumentar los impuestos a los ricos, lo que se espera que apuntale los ingresos adicionales del gobierno.
Newsweek se acercó a la Casa Blanca para hacer comentarios, pero no recibió una respuesta de inmediato.
Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek
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