La guerra comercial entre Estados Unidos y China tomó un nuevo giro con la decisión del gobierno de Xi Jinping de abrir una investigación antimonopolio contra Google.
Dicha medida forma parte de una serie de represalias económicas en respuesta a los aranceles del 10% impuestos por Donald Trump a las importaciones del país asiático. Un movimiento que no solo impacta al gigante tecnológico, sino que también pone en jaque a otras empresas estadounidenses como Calvin Klein (PVH Corp) e Illumina, afectadas por restricciones adicionales.
El embiste chino sobre Google, filial de Alphabet Inc., se centra en posibles prácticas de monopolio y abuso de posición dominante en el mercado digital de China. Aunque el famoso «buscador» ya enfrenta diversas investigaciones en Estados Unidos y Europa por prácticas anticompetitivas, esta ofensiva de Pekín podría complicar aún más su panorama global.
China fue un mercado complejo para Google desde su salida parcial en 2010, pero el endurecimiento de las restricciones podría afectar indirectamente su ecosistema de servicios y socios comerciales en Asia.
China golpea la mesa y anuncia aranceles adicionales a EEUU: qué productos afectará
Más allá del caso de Google, la estrategia del país asiático incluye nuevos controles a la exportación de minerales críticos utilizados en la industria tecnológica, como el tungsteno, molibdeno e indio. Estos materiales son esenciales para la fabricación de semiconductores, dispositivos electrónicos y equipos de defensa, lo que representa una amenaza directa para la cadena de suministro de empresas estadounidenses.
El control de estos recursos es una carta fuerte en la disputa comercial, dado que Estados Unidos depende de China para muchas de estas materias primas clave.
Mientras tanto, la Casa Blanca no tardó en responder. Trump advirtió que podría aumentar aún más los aranceles si China no cede en sus restricciones y no frena el flujo de fentanilo hacia EE.UU., una acusación recurrente en su discurso político. Pekín, por su parte, rechazó las acusaciones y anunció que llevará el caso a la Organización Mundial del Comercio, aunque también dejó abierta la posibilidad de diálogo.
El enfrentamiento entre ambas potencias no solo afecta el comercio, sino que también altera el equilibrio en el sector tecnológico. Con China endureciendo su postura contra gigantes como Google y limitando el acceso a minerales estratégicos, las tensiones podrían repercutir en toda la industria digital y de semiconductores.
Nos encontramos en la puerta de un nuevo capítulo de la disputa, en el cual la tecnología se ha convertido en un campo de batalla tan importante como el comercio tradicional.