El Gobierno de Brasil apuntó contra Estados Unidos por el mal trato hacia los inmigrantes que fueron deportados por estar en el país gobernado por Donald Trump de manera ilegal.
Acorde con la gestión de Lula Da Silva, la administración norteamericana tuvo «un trato denigrante» con 88 personas que fueron expulsadas de EEUU al punto de atarlos dentro del avión que los regresó a territorio brasileño.
Por lo tanto, el gobierno de Brasil le exige a Trump explicaciones respecto a lo ocurrido con los pasajeros que estuvieron en el viaje del viernes a Manos, Amazonas.
Estos individuos debieron pasar una noche y un día en el aeropuerto mientras esperaban los papeles necesarios para poder entrar a su país de origen.
Ante esta situación, el Ministerio de Justicia brasileño dio la orden para que una aeronave se encargara del destino final, que era Belo Horizonte.
El ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Mauro Vieira, mantuvo una reunión el día de ayer en Manaos con el delegado Sávio Pinzón, superintendente interino de la Policía Federal en Amazonas, y el brigadier mayor Ramiro Pinheiro, comandante del 7º Comando Aéreo Regional», acorde a lo publicado por la cartera en la red social X.
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«En la reunión se informó detalladamente sobre los incidentes ocurridos en el aeropuerto Eduardo Gomes que involucraron a ciudadanos brasileños transportados en un vuelo de deportación del gobierno estadounidense», indicó.
Y marcó que ese encuentro ayudará a «respaldar el pedido de explicaciones al gobierno norteamericano sobre el trato degradante dado a los pasajeros del vuelo».
En esa línea, Cancillería publicó un comunicado en el que hizo hincapié en el uso de esposas y cadenas sobre los deportados y en el «mal estado» de la aeronave, la cual tenia un «sistema de aire acondicionado defectuoso».
En conscuencia, dejaron en claro que están «atentos a los cambios en las políticas migratorias en ese país, a fin de garantizar la protección, seguridad y dignidad de los brasileños que allí residen».
Por su parte, el Ministerio de Justicia en un comunicado oficial exigió la «inmediata retirada de las esposas» a los expulsados cuando el avión llegó a Brasil y rechazó el «flagrante desprecio a los derechos fundamentales» de sus ciudadanos.
Para concluir, recalcó que «la dignidad de la persona humana» constituye «uno de los pilares del estado democrático de derecho» y comprende «valores innegociables».