A pesar del pedido internacional para declarar una tregua, Rusia lanzó 108 drones sobre Ucrania entre la noche del domingo y la madrugada del lunes. La ofensiva, que coincidía con la fecha propuesta para un alto el fuego de 30 días impulsado por Kiev, París, Londres, Berlín y Varsovia, fue respondida por las defensas aéreas ucranianas, que derribaron 55 drones Shahed. Al menos 30 aparatos eran señuelos sin explosivos.
Los ataques provocaron daños en Odesa, Mikoláyiv, Donetsk y Zhitómir, afectando tanto al sur como al centro y este del país. El uso de drones sin carga explosiva confirma la táctica rusa de saturar y confundir los sistemas defensivos.
Mientras tanto, persiste la tensión diplomática, ya que Francia, Alemania, Reino Unido y Polonia exigieron desde Kiev una pausa total de hostilidades, bajo amenaza de nuevas sanciones contra el Kremlin.
En paralelo, resurge la posibilidad de un diálogo directo entre Moscú y Kiev. Se trataría del primer contacto de alto nivel desde los intentos fallidos de 2022. Donald Trump, presidente de EE.UU., apoyó la propuesta e instó a las partes a reunirse el jueves en Turquía. “Ucrania debe aceptar esto inmediatamente”, publicó en su red Truth Social.
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El presidente ruso Vladimir Putin, rechazó declarar un alto el fuego previo pero sí manifestó interés en una negociación cara a cara en Estambul. Zelensky, por su parte, reafirmó su compromiso con la tregua y aseguró que estará en Turquía, incluso si Rusia no detiene antes sus ataques. Mientras tanto, continúan los bombardeos y la destrucción de infraestructura crítica como la ferroviaria.
Desde el inicio de la invasión rusa en febrero de 2022, más de una quinta parte del territorio ucraniano permanece bajo control de Moscú, incluidas zonas como Crimea.
Putin insiste en que cualquier diálogo debe abordar las “causas fundamentales” del conflicto, como la supuesta necesidad de “desnazificar” Ucrania, frenar la expansión de la OTAN y proteger a los rusoparlantes. Occidente ha rechazado estos argumentos como simples excusas para justificar una invasión.
Las conversaciones entre ambas naciones en 2022 fracasaron, y desde entonces el contacto fue mínimo, limitado a intercambios humanitarios. Con esta nueva posibilidad de diálogo, Europa y Estados Unidos observan con cautela mientras aumentan la presión sobre Putin para lograr un alto el fuego duradero, aunque en el terreno los drones siguen marcando el pulso de la guerra.