El Departamento de Seguridad Nacional de EEUU le pidió ayuda a 20.000 efectivos de la Guardia Nacional para detener a los inmigrantes ilegales en el país.
«El Departamento de Seguridad Nacional ha solicitado 20.000 miembros de la Guardia Nacional para ayudar a llevar a cabo el mandato del presidente del pueblo estadounidense de detener y deportar a los extranjeros ilegales criminales», sostuvo mediante un comunicado la subsecretaria del Departamento de Seguridad Nacional, Tricia McLaughlin.
Y adelantó que «el Departamento de Seguridad Nacional utilizará todas las herramientas y recursos disponibles para sacar de nuestro país a los extranjeros ilegales criminales, incluidos los miembros de bandas, asesinos, pedófilos y otros delincuentes violentos. La seguridad de los ciudadanos estadounidenses es lo primero».
La acción se llevará a cabo en un momento en el que el Departamento de Justicia refuerza las medidas contra los delitos relacionados con extranjeros que se hallan en una situación migratoria irregular.
Además de los miembros de la Guardia Nacional también participarán agentes de la Patrulla Fronteriza, cuya función principal es la seguridad en la fronteras y cuentan con la facultad para aplicar leyes migratorias en todo el país.
Esta determinación de Trump surge a raíz de la escacez de recursos para llevar a cabo la lucha contra la inmigración, que fue uno de los bastiones de su campaña que lo llevó a estar por segunda vez al frente de la Casa Blanca.
Quienes se encargan de los arrestos de los inmigrantes indocumentados son los agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), pero estos enfrentan no solo problemas de logística sino también presiones para conseguir resultados.
El subsecretario para políticas de la Casa Blanca, Stephen Miller, describió anteriormente a las cuotas en las oficinas de campo de ICE como un «límite mínimo, no máximo». Pero para lograrlo, los funcionarios del republicano se vieron obligados a pedir asistencia en todas las áreas de Gobierno.