Las ventas minoristas cerraron septiembre con retrocesos en casi todos los sectores, la incertidumbre económica y el estancamiento del poder adquisitivo se reflejan en los últimos datos del sector. Sin embargo, los comerciantes mantienen la esperanza de que la estacionalidad y un posible repunte del consumo en 2026 puedan mejorar la tendencia negativa.
Las ventas minoristas registraron una caída interanual del 4,2% y, comparadas con agosto, retrocedieron 2%, según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). Aunque en lo que va del año, acumulan un incremento interanual del 5%, hay disparidad entre sectores y cautela ante la incertidumbre.
Los últimos datos –correspondientes al mes de septiembre– muestran que el retroceso fue generalizado: todos los sectores sintieron el impacto en la comparación interanual, aunque algunos más que otros. Textil e indumentaria lideró la caída con un 10,9%, mientras que bazar, decoración y muebles retrocedieron un 6,2%; alimentos cayo un 3,1% interanual y un 1,8% en la medición intermensual desestacionalizada.
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En este contexto, la mitad de los comerciantes mostró “estabilidad” respecto del año pasado pero el 38% advirtió un empeoramiento, esto significa tres puntos porcentuales por encima de agosto, lo cual –según afirman– “se reflejó en la reducción del porcentaje de comerciantes que percibió una mejora (7,2%)”.
A pesar de los últimos números negativos, hay perspectiva de mejora. Casi la mitad de los encuestados (47,6%) prevé que la situación mejorará el próximo año; un 41,5% espera que se mantenga igual, mientras que solo un 10,8% anticipa un empeoramiento.
La cautela también se refleja en la inversión: “El 60,1% considera que no es un buen momento”, afirmó CAME, y solo un 12% proyecta inversiones.
“Septiembre cerró con un retroceso generalizado en las ventas minoristas pymes, reflejando la fragilidad del consumo interno y el impacto de la incertidumbre económica y política”, señala el informe. Según los especialistas, la pérdida de poder adquisitivo y el endeudamiento de los hogares explican la prudencia del consumo.
En alimentos y bebidas, un termómetro clave para las familias, la caída interanual fue del 3,1%. La CAME describe un escenario marcado por el aumento de costos operativos y la pérdida de poder adquisitivo, donde los ajustes de precios compensan más que la venta real de unidades. Los comercios apostaron a promociones y descuentos, cuidando a su clientela más cercana y adaptando horarios.
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Bazar, decoración y muebles sufrieron un retroceso del 6,2%. La menor capacidad de compra y la incertidumbre cambiaria condicionaron la demanda, que se concentró en bienes de reposición. “La competencia informal y los mayores costos de servicios y alquileres limitaron la rentabilidad”, precisan; aun así, promociones y liquidaciones ayudaron a mantener ventas parciales, aunque con resultados limitados.
El calzado y la marroquinería mostraron un descenso del 4,3%. La baja disponibilidad de efectivo y el uso limitado del crédito redujeron la demanda de productos de media y alta gama. “El consumo se concentró en ofertas y liquidaciones de temporadas anteriores”, explicaron.
En farmacia, las ventas cayeron 1,4%. El aumento sostenido de precios y las limitaciones en la cobertura de obras sociales hicieron que la demanda se centrara en productos esenciales. Ferretería y materiales de construcción registraron estabilidad mensual pero muestran un retroceso interanual de 0,5%. La restricción de crédito y la alta volatilidad de precios mantuvieron al consumidor prudente; aun así, algunas obras privadas y de temporada mostraron un repunte parcial, aunque limitado.
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La perfumería tuvo un crecimiento mensual de 1,4%, impulsado por el inicio de la temporada alta y la demanda de productos de cuidado personal; la variación interanual fue negativa (-6%). “La actividad mostró signos incipientes de recuperación, aunque con expectativas prudentes hacia los próximos meses”, indicó el informe.
Indumentaria, por su parte, registró la caída más fuerte, del 10,9%, afectada por la baja estacional y la limitada disponibilidad de efectivo.
El Índice de Ventas Minoristas (IVM), que mide la facturación de los comercios PyME, refleja un mes complejo, con retrocesos y estrategias de resistencia. Este relevamiento incluye 1.183 comercios en todo el país.
Ante estos números, los comerciantes mantienen la prudencia, concentrados en sostener márgenes, ajustar costos y aprovechar promociones. En vísperas al día de la madre esperan un repunte moderado que se sostenga hacia fin de año por la estacionalidad particular de esa época.