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Qatar 2022: todos los números del Mundial más caro de la historia
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Qatar 2022: todos los números del Mundial más caro de la historia

El mundo se paraliza por un mes. Entre el 18 de noviembre y el 20 de diciembre se disputa el Mundial de fútbol Qatar 2022, una competencia que comienza a vivirse mucho antes y que puede marcar a fuego la historia deportiva y hasta política de un país. Show, negocios, espectáculos, derechos humanos, corrupción y dólares.

Sobre todo muchos dólares para sostener, financiar, invertir, empujar y recaudar. Más que nunca, el fútbol como negocio para organizar el mundial más caro de la historia. Y la esperanza argentina intacta de la mano del mejor jugador del mundo que, con 35 años, intenta obtener la corona máxima. El único título que le falta, tal vez el más importante. Pero para lograrlo, antes deberá abrirse paso en el torneo global más caro de la historia.

SORPRESA QATAR

En diciembre de 2010, el mundo se vio sorprendido. Qatar ganó la compulsa para ser el organizador del máximo evento del deporte más popular en el planeta, que se disputaría doce años después. Dejó en el camino a Australia, Estados Unidos, Corea del Sur y Japón. En ese momento resultó llamativa la elección por varios motivos. El más inmediato: en junio y julio, el termómetro en tierras qataríes alcanza los 50 grados de temperatura. Un infierno.

La FIFA zanjó esa cuestión con velocidad: por primera vez el torneo se disputaría entre noviembre y diciembre. El objetivo fue atenuar el calor para que los jugadores no tuvieran problemas de salud.

Pero lo que en 2010 resultó “llamativo”, en 2011 se convirtió en denuncia. Jack Warner, ex vicepresidente de FIFA, denunció que Qatar había “comprado” los derechos para organizar el mundial.

En 2014, el diario inglés The Sunday Times publicó que el millonario presidente de la Confederación Asiática de Fútbol, Mohammed Bin Hamman, fue el encargado de sobornar a las autoridades para inclinar su voto a favor de su continente. La cifra del soborno se estimó entre 3.6 y 5 millones de dólares y derivó en una verdadera crisis dentro de la entidad madre del fútbol mundial: su presidente, Joseph Blatter, y su vice, nada menos que la estrella francesa Michel Platini, fueron sancionados por el Comité de Ética, que los inhabilitó durante 8 años para ejercer cualquier cargo vinculado al deporte. En el caso del galo fue aún más grave: permaneció detenido durante 12 horas tras una investigación del gobierno francés.

Una vez superado ese vendaval, manos a la obra. O, mejor dicho, billetes en acción. La inversión total estimada fue de 220.000 millones de dólares, lo que convierte a Qatar en el mundial más caro de la historia. Y por mucho. Para tener una referencia, Rusia 2018 gastó U$D 11.600 millones, y cuatro años antes Brasil 2014 destinó U$D 15.000 millones. Una verdadera enormidad comparada con los exiguos U$D 500 millones invertidos por Estados Unidos en 1994.

A excepción del modernizado Estadio Khalifa Internacional (40.000 espectadores), los otros siete escenarios del Mundial fueron construidos después de la designación: Lusail (80.000) –donde debutará Argentina contra Arabia Saudita el 22 de noviembre-; Stadium 974 (40.000); Áhmad bin Ali (40.000); Al Bayt (60.000) –donde se jugará el partido inaugural entre Qatar y Ecuador-; Al Janoub (40.000); Al Thumama (40.000) y Education City (40.000).

Esta infraestructura futbolera puede resultar excesiva a partir del 21 de diciembre, apenas coronado el nuevo campeón. Es que Qatar tiene una liga de Primera División compuesta por apenas 12 equipos, y en Segunda juegan 8. La construcción de los nuevos estadios demandó entre 6.500 y 10.000 millones de dólares, que superan a los 4.000 millones estipulados en el presupuesto inicial.

El Estado qatarí también invirtió en una moderna red de transporte público, compuesta por un metro con tres líneas y 37 estaciones, otras tres líneas de tranvía y un esquema de autobuses que cubre Doha y sus alrededores. Esta comodidad para desplazarse también aporta a la unicidad de este Mundial: el estadio más lejano se encuentra a 50 km de la capital. Para dar una idea de lo que ocurrió apenas cuatro años atrás: en Rusia, Ekaterimburgo y Kaliningrado estaban ubicadas a más 3.000 kilómetros de distancia, unas 60 veces más que Al Wakrah y Jor, las dos ciudades más alejadas entre sí de este mundial árabe.

Pero la infraestructura, la inversión, los dólares y el negocio tienen su costado más cruel. Amnistía Internacional viene denunciando violaciones a los derechos humanos desde hace al menos cuatro años.

En la última década, Qatar casi duplicó su población, que llega a 2.9 millones diseminados en 11.610 km2. De ese total de habitantes, 1.7 millones son inmigrantes que llegaron para trabajar en la construcción de este Mundial. Muchos de ellos sufrieron pésimas condiciones laborales y un régimen parecido a la esclavitud. De sol a sol, con temperaturas superiores a los 50 grados, a veces sin la hidratación adecuada ni los períodos de descanso necesarios.

Según The Guardian, 6.500 trabajadores perdieron la vida durante las obras. Sin embargo, Gianni Infantino, actual mandamás de la FIFA, relativizó estas condiciones durante una conferencia en Los Ángeles. «Las obras del Mundial de Qatar dieron dignidad y orgullo a los trabajadores qataríes, y por otra parte debo decir que la FIFA no es la policía del mundo ni tampoco la responsable de todo lo que sucede», esgrimió.

Recién en 2017 (seis años después del comienzo de las obras) Qatar estableció leyes laborales para los migrantes y un seguro de riesgo de trabajo. Hasta ese momento, los responsables de la seguridad y el bienestar laboral eran las empresas contratistas y los sponsors. Un año más tarde, en 2018, el país terminó con el denominado “permiso de salida”, que les permitió a los trabajadores salir del país sin la autorización de su empleador.

En el apuro por finalizar las obras y llegar al comienzo del torneo en 2020, se resolvió pagar horas extras a los trabajadores que siguieron trabajando en pandemia; en 2021 se crearon 25 mil nuevos puestos de trabajo y en 2022 esa cifra se triplicó, llegando a los 75 mil puestos nuevos. El secretario general del Comité Supremo de Entrega y Legado (CS), Hassan Al Thawadi, aseguró que esas fuentes de trabajo se mantendrán una vez finalizada la Copa del Mundo. No explicó de qué manera, aunque no parece demasiado obstáculo en un país que ostenta una desocupación de 0,3%.

Más allá de la inversión inicial, Qatar espera un impacto favorable en su economía de 16.600 millones de dólares. Con un PBI per cápita de 50.805 dólares, de un tiempo a esta parte lidera los rankings de riqueza. Argentina –por caso- tiene un PBI per cápita de 10.502 dólares.

El petróleo (70% de los ingresos económicos) y el gas natural licuado (que se exporta desde la década del ‘90) son los principales sustentos del considerado país más rico del mundo, organizador del mundial más caro de la historia.

ARGENTINA Y MESSI

El 22 de noviembre Lionel Messi debutará en su quinta Copa del Mundo. Será contra Arabia Saudita, y para entonces tendrá 35 años y 151 días. En Qatar, el astro rosarino puede llegar a romper nada menos que cinco récords. El primero y más simple será cuando suene el silbatazo inicial. En ese instante se convertirá en el argentino con más mundiales jugados: 5. Javier Mascherano y Diego Maradona disputaron cuatro.

Si la selección dirigida por Lionel Scaloni llega a semifinales, el Diez alcanzará al alemán Lothar Matthaus, que ostenta 25 partidos jugados. Con 19 en cuatro mundiales, Leo necesita que el equipo tenga una excelente performance.

Una marca más sencilla de romper es la de jugador argentino con más presencias mundialistas. Si juega al menos dos de los tres partidos de la fase de grupos superará a Masche (20) y a Diego (21).

Una meta difícil de quebrar será convertirse en el máximo goleador de la historia de los mundiales. En las cuatro Copa del Mundo disputadas marcó 6 goles. Deberá entonces marcar 10 para alcanzar al alemán Gerd Muller, seguido de Ronaldo Nazario (15 goles) y Just Fontaine (13 goles).

Messi ya advirtió: “El Mundial de Qatar seguramente sea el último de mi carrera”. Será el quinto en su cuenta personal, y alcanza al italiano Gianluigi Buffon, a Matthaus y a los mexicanos Rafa Márquez y Antonio Carbajal. ¿El detalle? También alcanzarán los cinco mundiales Cristiano Ronaldo, Guillermo “Memo” Ochoa y Andrés Guardado.

Pero Leo no juega solo, y el equipo dirigido por el pujatense Scaloni llega con un invicto histórico: 35 partidos, incluyendo el triunfo ante Emiratos Árabes el 16 de noviembre. Pero hay un ranking donde la Argentina no hace punta, aunque sí integra el pelotón de los primeros: se trata de la cotización de sus estrellas.

Para la web especializada Transfermarkt, Argentina ocupa el séptimo puesto a nivel mundial respecto del valor de sus jugadores. El plantel celeste y blanco vale 608 millones de euros. El primer lugar del ranking lo ocupa Inglaterra (1.360 millones de euros), seguido de Brasil (1.090 millones de euros) y por el vigente campeón, Francia (886 millones de euros). Portugal (882 millones de euros), España (805 millones de euros) y Alemania (746 millones de euros) preceden a la albiceleste a la hora de monetizar los planteles.

Una curiosidad: el octavo puesto (un escalafón debajo de Argentina) es para Italia, cuyo plantel vale 579 millones de euros. Eso sí, la Azzurra deberá ver el Mundial por televisión porque no clasificó por segunda vez consecutiva. Y el fútbol es tan maravilloso en parte por eso: porque el dinero no hace necesariamente a la felicidad.

El jugador más caro del plantel es Lautaro Martínez, jugador del Inter de Milán. El “Toro”, de 25 años, vale 75 millones de euros. Quien lo sigue es Cristian “Cuti” Romero, marcador central del Tottenham, que vale 55 millones de euros. El podio lo completa otro defensor: Lisandro Martínez, que fue adquirido recientemente por el Manchester United en 50 millones de euros.

¿Y Messi? Para calcular el valor de mercado del astro del PSG hay que considerar su edad. Los jugadores veteranos no tienen valor de reventa ni dividendos futuros. Todo es hoy, todo es ayer. Lionel Messi vale 50 millones de euros. Aun así, su cotización es 30 millones de euros más cara que la de su némesis futbolística: Cristiano Ronaldo (de 37 años) está cotizado en 20 millones de euros.

De todos modos, el Mundial engrosará las arcas de la AFA. La FIFA estipuló un mecanismo que se llama Programa de Ayuda a Clubes, que distribuye 209 millones de dólares entre entidades de todo el mundo.

Esta compensación ya repartió esta misma cantidad de dinero entre 416 clubes de 63 federaciones miembro tras Rusia 2018. Los clubes recibirán 10 mil dólares por cada día que sus jugadores estén abocados a la competencia en sus respectivas selecciones nacionales. El dinero lo recibirán todos los clubes en que hayan participado los jugadores dos años antes del comienzo del Mundial.

Las cuentas para los clubes son más que favorables. Por pasar la fase de grupos, cada club embolsará 180 mil dólares por jugador. Por llegar a octavos, 220 mil dólares. En cuartos, 280 mil dólares. En semis, 320 mil dólares. Por jugar la final, serán compensados con 370 mil dólares.

Pero eso no es todo. Al margen de los clubes presentes e inmediatamente pasados de cada futbolista, las federaciones también tendrán premio. Este Mundial repartirá 440 millones de dólares: además de la gloria y la eternidad, el campeón se llevará 42 millones de dólares, el subcampeón será compensado con 30 millones de dólares. El tercer puesto recibirá 27 millones de dólares; el cuarto, 25 millones de dólares. Del quinto al octavo cobrarán 17 millones por equipo. Del 9 al 16, 13 millones de dólares y los últimos (entre el 17 y el 32) se irán con 9 millones por equipo.

Cada federación recibirá también 1.500.000 dólares para solventar los gastos de concentración y alojamiento. Argentina se hospedará en la Universidad de Qatar, que posee un predio de 25.000 metros cuadrados, 90 habitaciones y hasta un estadio propio con capacidad para 10.000 espectadores. En el lugar también vivirá la selección de España, pero la AFA tuvo una exigencia: sí o sí deberían construir parrillas para que el plantel pueda comer asado.

CAMAS Y CÁMARAS
Hasta el momento, los argentinos compraron 61.083 entradas para ver los partidos del mundial. El país anfitrión, como es de esperar, es quien más tickets adquirió (948.000). En Estados Unidos se vendieron 146.616 y el país latinoamericano que más boletos cortó hasta el momento es México, como casi siempre: 91.173. Eso sí, 181 compatriotas que compraron su ticket fueron notificados por la AFIP por pertenecer a las dos categorías más bajas del monotributo.

En las canchas hay tres ubicaciones distintas. El abono para fase de grupos cuesta 725 dólares en la categoría 1, 1.543 dólares en la 2 y 227 en la categoría 3. Si a este paquete se le suman los octavos sale 1.027 dólares la categoría 1, 1.770 dólares la 2 y 332 la 3. El abono completo cuesta 4.314 dólares en categoría 1, 2.915 en la 2 y 1.616 en la tercera.

De todas maneras, hay algunas alternativas para pocos. Existe un paquete que la organización denominó “Hospitalidad”, que incluye entrada para un único partido más una cena al paso y un souvenir por 950 dólares para los encuentros de fase inicial y que puede llegar a 6.700 dólares a medida que la competencia va avanzando. En cambio, la opción más cara es la “Salon Pearl” y sale 4.950 dólares en fase inicial o 34.300 dólares en fases finales. Al tope de las posibilidades se encuentra el estadio Lusail, que tiene una oferta exclusiva. Se trata de una Suite Privada. Acceder a ella cuesta 74.200 dólares y unos cuantos favores, dado que hay una sola en toda la instalación.

A propósito del hospedaje, la organización garantizó la disponibilidad de 130.000 plazas para recibir a los fanáticos de todo el mundo, que pueden alojarse en apartamentos desde 363 dólares por cabeza por noche en Doha o 240 dólares por noche cerca de Jor.

Otra opción es alojarse a bordo de los lujosos hoteles crucero, dos instalaciones, una de cuatro y otra de cinco estrellas, que están anclados a diez minutos de la terminal y que –según la web oficial de la agencia de alojamiento de FIFA- cuestan 347 dólares por noche o 180 dólares por noche la más económica.

Pero la enorme mayoría de la población mundial verá el campeonato desde sus casas, aunque con enormes actualizaciones técnicas. Cada partido dispondrá de 37 cámaras, incluidas cámaras lentas, súper lentas, dron, helicóptero, cámara táctica (que está ubicada en altura y permite tomar a los 22 jugadores en el mismo plano) y spider (es la que prácticamente introduce al espectador dentro del penal).

La gran novedad se dará –otra vez- en materia de offside. Si en Rusia la vedette fue el VAR, que se impuso en todas las ligas del mundo, en Qatar se usará inteligencia artificial para detectar la posición adelantada. Se llama “Posición adelantada automática” y es un dispositivo creado por el francés Arsene Wenger, ex DT del Arsenal y actual director de desarrollo deportivo de FIFA.

Este nuevo avance tecnológico incluirá 12 cámaras instaladas bajo el césped de cada cancha para captar los movimientos de la pelota, que llevará en su interior una unidad de medición inercial (IMU, por su sigla en inglés) que enviará un paquete de datos 500 veces por segundo a la sala de video, lo que permitirá detectar con absoluta precisión el momento exacto en el que se golpea el balón. Esta tecnología ya se utiliza en la Champions League. Todo sea por el espectáculo.

En 2021, los derechos de televisación del fútbol movieron 20.800 millones de dólares alrededor del planeta. Es el deporte más popular y el que se queda con el 40% del total de la torta publicitaria. Por el Mundial 2022, la FIFA espera recaudar 6.440 millones de dólares por las ventas de los derechos de transmisión y de marketing según la Memoria Anual del año 2021.

Soccer Football – FIFA World Cup Qatar 2022 Preview, Main Media Center, Doha, Qatar – November 18, 2022 Head of Football Technology Sebastian Runge shows media the VAR room to be used for the opening game REUTERS/Christophe Van Der Perre

En la Argentina, la Televisión Pública emitirá 32 de los 64 partidos. Según publicó Bloomberg, entre costos de producción y derechos, el Estado desembolsó 10 millones de dólares. Los derechos le pertenecen a Torneos y Competencias y se pagaron 8 millones, 3 en efectivo y 5 en ventas de publicidad. Es decir, del total de la pauta comercializada hay que cubrir 5 millones de dólares. El resto, si es que hay, quedará para el Estado. Según ese mismo medio, un mes antes de la Copa del Mundo se habían recaudado 1.300 millones de pesos, lo que equivale a 8.6 millones de dólares al cambio tipo mayorista.

Como cada cuatro años, la esperanza se renueva. Argentina, con Messi y un seleccionado que lo acompaña y que tras ganar la Copa América parece afianzado, confiado y firme, se ilusiona con ganar su tercer mundial. El mundo se detiene por un mes. Salvo los dólares, que no paran de circular.

Artículo publicado en la edición impresa de Newsweek Argentina de noviembre.

(Fotos: Reuters)

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