Según los últimos datos del nowcast de pobreza elaborado por la Universidad Torcuato Di Tella, la tasa de pobreza en Argentina para el segundo semestre de 2024 se ubicó en 36.8%, lo que representa el nivel más bajo desde 2019.
La estimación, basada en los datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC, muestra que aproximadamente 11 millones de personas en zonas urbanas se encuentran por debajo de la línea de pobreza sobre un total de 29.6 millones de habitantes en dichas áreas.
Según esto, la tasa de pobreza se sitúa en el 36,8%, reflejando la evolución de los ingresos y su impacto en la reducción de la pobreza durante el año.
El informe destaca que la Canasta Básica Total promedio para el Gran Buenos Aires en el segundo semestre de 2024 alcanzó los AR$ 313,360 por adulto equivalente, con un incremento interanual del 178.7%. En paralelo, la proyección del ingreso total familiar mostró un aumento del 207.1% en el mismo período. Esta diferencia entre el crecimiento de los ingresos y el aumento del costo de vida permitió una reducción en la incidencia de la pobreza.
A lo largo del año, la evolución de la pobreza mostró importantes variaciones. En el primer semestre de 2024, la incidencia alcanzó un pico del 52.9%, impulsado por una brecha significativa entre el incremento de las canastas básicas y la evolución de los ingresos familiares. Esta situación también elevó la tasa de indigencia a 18.2% en el mismo período.
Sin embargo, a partir del segundo semestre, la aceleración de los ingresos por encima de la inflación generó una reversión de la tendencia, permitiendo una caída en los niveles de pobreza e indigencia según el informe.
El análisis por trimestres muestra que la tasa de pobreza en el tercer trimestre de 2024 fue del 38.8%, mientras que en el cuarto trimestre descendió al 34.8%.
Este comportamiento sugiere una mejora progresiva en los ingresos familiares, en un contexto donde la variación de la CBT y la Canasta Básica Alimentaria (CBA) comenzó a desacelerarse. En este sentido, el informe indica que “la variación de la CBT y la variación de la suma del ITF fue similar con la CBT aumentando 2.6 por ciento y la suma del ITF creciendo 5.9 por ciento”.
En términos de comparación interanual, la tasa de indigencia se redujo en tres puntos porcentuales, pasando de 12.2% en el segundo semestre de 2023 a 9.2% en el mismo período de 2024.
Esta disminución se dio en un contexto donde la variación de las canastas básicas se ubicó entre el 163% y el 178% mientras que los ingresos familiares crecieron aproximadamente un 207%.
El comportamiento observado en la segunda mitad del año marca una diferencia con la dinámica del primer semestre, cuando las brechas entre la evolución de los ingresos y el costo de vida impulsaron el aumento de la pobreza y la indigencia. Durante el semestre febrero-julio de 2024, estas brechas comenzaron a cerrarse, en gran medida por una desaceleración en el ritmo de incremento de la CBT y la CBA. A partir de marzo-agosto de 2024, la evolución de los ingresos comenzó a ubicarse por encima de la variación de las canastas, generando un cambio en la tendencia de los indicadores de pobreza.
El informe explica que “en términos semestrales, las brechas entre la variación de la CBT y la variación de la suma del ITF y entre la variación de la CBA y la variación de la suma del ITF de estratos bajos alcanzaron un pico en el primer semestre del año e impulsaron un aumento en la incidencia de la pobreza y de la indigencia que alcanzaron un 52.9 por ciento y 18.2 por ciento, respectivamente”.
Durante el semestre febrero-julio de 2024 estas brechas comenzaron a cerrarse “fundamentalmente por una disminución del aumento de las canastas” y fue a partir del semestre marzo-agosto de 2024 que “la variación de la CBT y de la suma del ITF promedio y de estratos bajos se estabilizó con los ingresos creciendo por encima del crecimiento de las canastas”. Según esto, se produjo “una caída en la medición de la pobreza y de la indigencia que durante el semestre julio-diciembre de 2024 habría alcanzado al 36.8 por ciento para la pobreza y 9.2 por ciento para la indigencia”.
Si bien la reducción de la pobreza al 36.8% marca el nivel más bajo desde 2019, se subraya la importancia de la evolución futura de los ingresos y el costo de vida para determinar si esta tendencia se sostendrá en el tiempo.
La mejora en los indicadores durante el segundo semestre de 2024 se dio en un contexto de desaceleración en el incremento del costo de vida, acompañado por un crecimiento más acelerado de los ingresos familiares. La evolución de estos factores en los próximos meses será clave para definir el impacto en la situación socioeconómica del país.