El oficialismo presentó un plan para contener la emisión de pesos y recomponer reservas, en un contexto de incertidumbre donde los inversores ponen el foco en la deuda y en las posibles turbulencias políticas: ¿Cómo ve el mercado estas medidas?
La principal duda que surge es por qué, si el oficialismo tiene la posibilidad de comprar dólares para aumentar las reservas, opta por emitir deuda para fortalecer las arcas del Banco Central.
Fuentes del mercado señalan que los funcionarios creen que la compra de dólares podría generar volatilidad. La lógica es que, una vez que el Banco Central o el Tesoro salen a comprar, esto funciona como un “piso para la cotización”, lo que podría impedir que baje por debajo de ese nivel.
El miedo del gobierno es que comprar dólares (dentro de la banda y no más cerca del piso) impida que el dólar siga bajando.
Aunque el oficialismo hoy mantiene esa postura, no se descarta que, si no logran recomponer las reservas, cambien la estrategia y comiencen a comprar dentro de la banda cambiaria.
¿Las nuevas medidas aumentan la deuda o recomponen reservas?
El economista Lucas Carattini explica que “sin ningún tipo de dudas”, el bono anunciado significa un aumento de deuda.
“Lo que está haciendo es buscar precisamente recomponer esas reservas vía endeudamiento; en este caso, vía endeudamiento en pesos de largo plazo integrado con dólares», sostuvo.
Entre los títulos, uno de los más resonantes giro en torno a la eliminación de la permanencia mínima en el bono emitido. Carattini lo explica de la siguiente manera: “Al sacar el mínimo de permanencia del bono emitido, vos entrás hoy y podés salir mañana. Esto podría, obviamente, generar volatilidad.”
Un antecedente claro, de este tipo de medidas, fue lo que pasó durante el gobierno de Macri: “Había mucha deuda en manos de no residentes, y cuando salieron, agregaron volatilidad. Por un lado, presiona el tipo de cambio y por otro, presiona el mercado”. El analista destaca que el volumen total que se opera diariamente en el mercado es muy chico en comparación con el volumen de emisión del bono. Por lo cual, la eventual salida podría traer fuerte volatilidad.
Aunque ayuda, esta medida no garantiza que se cumpla el acuerdo con el FMI en cuanto a los objetivos de acumulación de reservas.
“Obviamente, el repo y la emisión que quieren hacer apuntan a juntar estos cuatro mil millones de dólares que le faltan para cumplir con las reservas”, dice el especialista. En este sentido, destaca que el bono anterior tuvo una buena colocación y además cumplió con otro de los objetivos del gobierno: comprimir la tasa; por lo que «no sería muy descabellado que tenga buena aceptación este nuevo bono que quieren emitir.”
Para algunos actores, el riesgo es importante porque se permite -con esta colocación- que inversores se hagan de pesos y se puedan dolarizar en cualquier momento, sin restricción.
Tal como explico Carattini, al comparar los montos de la emisión con lo que mueve el mercado por día, el bono representa varias ruedas. Con lo cual, si hubiera un evento que cambie mucho las reglas del juego –desde el punto de vista político– puede agregar muchísima volatilidad.
Más allá de la comparación con Macri, para algunos, la falla no podría venir directamente de lo económico sino más bien de lo político. Equiparando escenarios, la situación es sustancialmente distinta, porque Milei “no está tomando deuda para financiar déficit (como hizo Macri), sino que está tomando deuda para recomponer reservas y rolear corto plazo por largo plazo”; explica el analista.
“Esto no quita que puede, sin dudas, agregar volatilidad potencial en el tipo de cambio.”
Respecto de la inflación, el economista dice que “todas estas nuevas medidas que anunciaron, básicamente para endogenizar mucho más la tasa de interés, van en relación a reforzar el esquema de agregados monetarios y, precisamente, a reforzar la idea de desinflación. Con lo cual, en ese punto, las medidas deberían ayudar con la baja en la inflación.”
Más allá de dudas “razonables”, los inversores no ven riesgos económicos latentes fuertes, sino más bien políticos.
¿Hay efecto Cristina?
Para Carattini, más que el efecto Cristina, lo que está viendo el mercado y los inversores es un riesgo político en cuanto a los límites que la oposición le ponga a la gobernabilidad: pueden tumbar un veto, un decreto también y otros instrumentos que hoy le garantizan capacidad de gestión a Milei.
Las dudas más fuertes llegaron tras la media sanción al aumento de las jubilaciones y no tras la candidatura (caída) de Cristina. Es decir, que la oposición no dé sustentabilidad al programa económico es el riesgo más latente. Lo político condiciona lo económico y, si se cae el superávit, se cae buena parte del programa del gobierno.
Tras el fallo de la Corte -que confirmó la condena y la inhabilitación de Cristina Fernández de Kirchner para ejercer cargos públicos- el mercado medirá no solo el impacto político, sino también el posible efecto social. La atención está puesta en cómo se reconfigurará el tablero de cara a los próximos meses y en qué medida la tensión institucional puede influir en la opinión publica y el clima electoral.
El mercado ajusta sus proyecciones: menos inflación y mayor superávit fiscal para 2025