El lunes por la tarde el presidente Alberto Fernández le tomó juramento a Silvina Batakis como ministra de Economía; esa misma noche, en una entrevista televisiva, ofreció algunos detalles sobre el perfil que tendrá su gestión; y este martes por la mañana puso en marcha su intensa agenda de trabajo para intentar estabilizar la economía.
Aunque Martín Guzmán y su plan fueron duramente criticado por propios y ajenos, Batakis ratificó el rumbo, y apenas marcó algunos matices. Pero dos economistas fuertemente vinculados al kirchnerismo aseguran que existen dos desafíos centrales que la ministra deberá afrontar: un cambio de perspectiva respecto al foco de las medidas; y dotar de política a un área que estaba siendo administrada con un perfil técnico.
“RECOMPONER EL SALARIO REAL”
En diálogo con Newsweek Argentina, Pablo Singerman, titular de la consultora Singerman & Makon, celebró la designación de Batakis, y afirmó: “Es un nombramiento inteligente para este momento, ya que cuenta con el aval de todos los socios fundadores del Frente de Todos, y ese es un punto no menor. Por otra parte, tiene experiencia en la gestión pública y en el trabajo con las provincias, y eso también es importante, porque tiene el visto bueno de la mayoría de los gobernadores, que hoy son un espacio realmente muy importante de poder. Eso es fundamental para un ministro de Economía”.
En ese sentido, resaltó que “estos apoyos son clave para un momento de tanta incertidumbre, porque permite anclar las expectativas negativas que hay en el sector financiero, en el productivo, en el consumo, en los trabajadores” y aseveró que “con todo esto va a poder avanzar en el desafío más importante, que es el de empezara a resolver el problema de la inflación”.
“Ningún ministro va a poder resolverlo solo. Ella lo ha dicho en una oportunidad, y yo concuerdo: se necesita un acuerdo importante de la política”, agregó, enfatizando las coincidencias en la visión de que “la inflación es un fenómeno multicausal”.
Con política, consideró, algunas de esas causas podrían “resolverse en el mediano plazo, para después ir hacia una resolución integral del problema más grave, que es la inflación”.
Y de esa inflación se desprende lo que Singerman considera el desafío más importante de Batakis, que es revertir “la pérdida de poder adquisitivo de los sectores de menores ingresos”. “Esa licuación de los ingresos hacen que tengan baja posibilidad de consumo y, por ende, de mejorar su calidad de vida. Ese es sin dudas el principal desafío de la gestión de Silvina Batakis. El desafío es mejorar el ingreso real de esos sectores de menores ingresos, tanto asalariados formales e informales como las familias”, señaló, y concluyó: “La pérdida de ingresos real que se tuvo con los cuatro años de macrismo, más los dos años de pandemia y luego la guerra es enorme”.
POLÍTICA DESDE EL TERRITORIO
Estas ideas concuerdan con las de Sergio Chouza, titular de la Consultora Sarandí, quien trabajó junto a Batakis en la gestión bonaerense, y ve en esta designación una continuidad de “la mayoría de las políticas en marcha”. “Es un cambio intempestivo en las formas, pero previsible en la cuestión de fondo, por el desgaste de estos años. Uno tiende a pensar que va a haber una continuidad en el programa macro, en cuestiones como financiamiento, el manejo de la política cambiaria y monetaria y la observancia del acuerdo con el FMI”, explicó.
En ese aspecto, señala que el primer reto es la estabilización: “Hay un gran interrogante, porque se le abren dos caminos a la nueva ministra: uno es ir a un programa más o menos tradicional (ese sería el más adecuado para este contexto); y el otro es no innovar, un statu quo, manteniendo los indicadores para que no explote, pero también continuando con esta dinámica de los salarios desangrándose de a poquito por la alta inflación, que ahora seguramente pegue un saltito nuevo, además de pérdida de caudal electoral para el frente. Esto último podría aumentar el malestar entre los diferentes actores políticos y a agudizar las tensiones, en vez de relajarlas”.
“El plan antiinflacionario debería ser la base de un programa de estabilización. Batakis, como toda economista heterodoxa o justicialista, tiene una mirada multicausal de la inflación. Es una persona muy sensata y prudente, no es ninguna gurka”, la describió Chouza.
Y agregó: “Va a tratar de priorizar los equilibrios fiscal y monetario, pero con el gradualismo que propone el acuerdo con el Fondo. Me parece que no va a tocar nada de eso, porque es un ancla suficiente. Tal vez le ponga su impronta a la gestión de la política cambiaria. Mi duda es si va a mantener este sistema o a migrarlo a un esquema distinto, como puede ser un eventual desdoblamiento para tiene un mejor manejo de las expectativas en relación a la evolución del dólar, cobre todo con una brecha tan alta”.
Finalmente, desde su visión y su conocimiento personal, opinó que el gran valor que diferencia a Batakis de su antecesor es experiencia en el plano de la gestión territorial. “La cosmovisión más estructural de la ministra en materia de desarrollo está vinculada a su gestión en la Provincia, donde dio un salto de calidad muy grande. Yo trabajé con ella un año y medio en ese Gobierno, y ella se empapó ahí de una mirada vinculada al desarrollo territorial, de la importancia de disminuir las asimetrías regionales. Y eso le da un valor agregado”.
Finalmente, Batakis fue ministra de Economía de Daniel Scioli, quien ahora será su compañero de Gabinete, y por eso Chouza concluyó: “La veo articulando mucho con Desarrollo Productivo, por una cuestión de incumbencia política, por la cercanía con el ministro Scioli, trabajando en programas para llevar financiamiento a las provincias, herramientas para que puedan sacar créditos, programas de desarrollo territorial y obras de infraestructura a través de organismos multilaterales. La veo con un perfil más vinculado a la gestión, más de economista política que técnica, como tal vez lo era Guzmán, a quien era difícil sacarlos de Yrigoyen y Balcarce. Ella también habla siempre sobre la economía de la comunicación y la información para darle valor agregado a las actividades productivas e industriales; habla de la industria 4.0; del complejo científico y tecnológico. Ahí tiene una mirada más desarrollista, más clásica, con una fuerte impronta socialdemócrata, pero al estilo argentino”.
