La industria de motovehículos en Argentina enfrenta un 2025 con expectativas de crecimiento sostenido, luego de haber logrado aumentar la producción en 2024 pese a los ajustes económicos. Lino Stefanuto, presidente de la Cámara de Fabricantes de Motovehículos (CAFAM), anticipa que este año el sector podría alcanzar entre 600.000 y 650.000 unidades patentadas, lo que representaría un 30% de recuperación y un incremento considerable respecto al promedio de los últimos diez años.
Durante el año pasado, la industria superó las previsiones iniciales, que estimaban unas 300.000 unidades, y alcanzó las 490.000 patentadas, lo que marcó un crecimiento significativo en comparación con 2023. Este desempeño positivo se vio favorecido por la estabilidad en el acceso a insumos, la eliminación de restricciones a las importaciones y la baja de tasas de interés, factores que facilitaron el financiamiento para la compra de nuevas unidades.
«La continua baja de tasas favoreció el acceso a la compra de nuevas unidades cero kilómetro», señaló Stefanuto, agregando que si bien el poder adquisitivo se vio afectado por la devaluación a comienzos de 2024, la recuperación paulatina en dólares y la disminución en el costo del crédito compensaron el impacto.
La demanda también estuvo impulsada por el encarecimiento del transporte público, lo que llevó a muchas personas a optar por una motocicleta como alternativa de movilidad.
«Comenzó a ser una alternativa al aumento del costo de los transportes públicos que dejaron de ser subsidiados en la forma en que lo estaban», afirmó Stefanuto, resaltando que con el ahorro en pasajes y las condiciones de financiamiento disponibles, muchos consumidores pudieron acceder a un bien durable como una moto de baja cilindrada.
Respecto a la apertura económica y su impacto en la industria, indicó que hasta el momento no se han producido cambios sustanciales en la oferta de modelos importados. Según explicó, las principales marcas ya cuentan con representantes en el país, por lo que un eventual incremento en la competencia se daría solo en segmentos específicos, debido a nuevos lanzamientos internacionales y tendencias de mercado.
En cuanto a la producción y el empleo, el sector logró sostener los puestos de trabajo a lo largo de 2024 gracias al crecimiento de las ventas.
Sin embargo, Stefanuto advirtió que la reforma laboral aún no ha alcanzado el nivel necesario para promover una mayor incorporación de personal. «Solo podrá suceder cuando se haya logrado la total eliminación de la industria del juicio», subrayó.
El ejecutivo también se refirió a la posibilidad de exportar motovehículos producidos en el país, indicando que, salvo contadas excepciones de empresas multinacionales con filiales locales, no se espera que Argentina pueda consolidar mercados de exportación en el mediano plazo. La razón principal radica en la dificultad para cumplir con los requisitos de contenido local mínimo necesarios para que los modelos sean considerados de origen nacional.
Sobre el impacto de la presión tributaria, Stefanuto destacó la eliminación de un escalón en el impuesto interno con la reducción de su alícuota, lo que ha permitido que este tributo afecte a menos del 0,5% de las unidades importadas.
«Prácticamente solo afecta a menos del 0,5% de las unidades importadas», explicó.
Otro aspecto clave para la industria es el acceso al financiamiento. Según el presidente de CAFAM, los planes de crédito han mejorado sustancialmente, con opciones ofrecidas por diversos bancos, incluido el Banco Nación: «Facilita cada vez más el acceso al crédito en la medida en que han ido bajando las tasas de interés y la estabilidad cambiaria del mercado de divisas», afirmó.
En relación con la incorporación de modelos eléctricos o híbridos, Stefanuto indicó que si bien se ha comenzado a importar motocicletas eléctricas, estas representan apenas entre el 1% y el 2% del mercado. A nivel regulatorio, mencionó que existe un incentivo vigente para automóviles eléctricos con un cupo determinado y que posiblemente se extienda a las motos en el futuro.
Por otro lado, la eliminación de restricciones a la importación ha permitido que la industria ya no enfrente dificultades significativas para el ingreso de insumos. «No enfrenta más ninguna dificultad ya que fueron suprimidas las licencias no automáticas y las automáticas que ejercían un freno discrecional a las posibilidades de importar», afirmó Stefanuto, aclarando que la única limitación restante es la necesidad de eliminar el cepo cambiario para facilitar los pagos a proveedores del exterior.
Con un escenario que ven como de mayor estabilidad económica y la posibilidad de alcanzar un crecimiento del 30% en las ventas, el sector de los motovehículos se proyecta con optimismo para 2025. Si las condiciones macroeconómicas y de financiamiento continúan mejorando, la industria podría cerrar el año con el mayor volumen de unidades patentadas de la última década.