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Inflación mayorista y superávit: los datos que celebró el Gobierno explicados por especialistas
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Inflación mayorista y superávit: los datos que celebró el Gobierno explicados por especialistas

En mayo, el Índice de Precios Internos al por Mayor (IPIM) registró una variación mensual negativa del 0,3 %. Al mismo tiempo, las cuentas públicas arrojaron (una vez más) superávit primario y financiero. Mientras el Gobierno destaca ambas cifras como señales del rumbo económico, economistas y analistas financieros explican qué hay detrás de estos indicadores y qué se puede esperar a futuro.

Inflación mayorista: ¿un dato aislado o una tendencia?

Para Lucas Carattini, economista y asesor, la baja en los precios mayoristas es un dato relevante que podría anticipar una desaceleración en la inflación minorista. “Siempre el índice minorista tiende a seguir el índice mayorista. Lo podés extrapolar a cuando la inflación mayorista tocó 50 %: con el correr de los meses toda esa inflación se trasladó a los precios minoristas”, señaló.

Sin embargo, advirtió que no necesariamente es positivo que se registren caídas generalizadas. “No sé si es bueno tener deflación. Que el índice mayorista o minorista tenga sistemáticamente caída de precios no es bueno porque la deflación está muy relacionada a una recesión. Lo importante es que no haya aumento del nivel de precios”, explicó. Según su análisis, un dólar estable fue clave en la evolución del índice: “Impacta sobre todo en los bienes importados”.

“La deflación está muy relacionada a una recesión”, advierte.

No se trata estrictamente de un proceso deflacionario, sino de una baja en el ritmo de crecimiento de los precios: “Lo sano es que ese número sea cero, no que siempre sea negativo. Si es sistemáticamente negativo, eventualmente podrías tener un problema con el nivel de actividad”.

Por su parte, el asesor Leonardo Piazza diferencia la canasta minorista de la que mide el IPIM por lo que ese proceso de caída –según analiza– podría no trasladarse directamente al consumidor. También observa que principal motivo por el cual se explica la caída en los precios mayoristas tiene que ver con el tipo de cambio y una corrección a la baja.

“El gobierno está logrando tener un dólar estable, no volátil, en el medio de la banda, con un pass-through prácticamente casi nulo”, completa.

Más allá de esto, el nivel de actividad de estos actores económicos –formadores de precios– también condiciona el mercado.

Aunque el dato mensual del IPIM marcó un quiebre estadístico, ambos especialistas coinciden en que el comportamiento de los precios mayoristas seguirá de cerca la evolución del tipo de cambio, el nivel de actividad, la demanda interna y la dinámica del consumo.

Superávit fiscal: cómo se logró y qué se necesita para sostenerlo

Respecto del superávit financiero registrado en mayo, ambos especialistas coincidieron en destacar el aumento real de los ingresos.

Piazza detalló: “En los ingresos tributarios, débito y crédito interanual subió más de un 76 %. En seguridad social más de un 64 %. En IVA neto de reintegro, más de un 43 %”. El único tributo que cayó interanualmente fue Ganancias».

Para el analista, esto refuerza el equilibrio fiscal: “Tuviste superávit fiscal primario y financiero. O sea, después del pago de intereses de deuda, con lo cual eso viene bien”.

Además, subrayó que la actividad económica también empieza a tener impacto en la recaudación. “En marzo hubo una caída, pero en abril el EMAE (Estimador Mensual de Actividad) está dando un aumento y de punta a punta está creciendo el 10 %”.

“Eso provoca que la recaudación suba en los impuestos como el IVA, débito y crédito, todos los que están relacionados con la actividad económica, con lo cual va a ser más sustentable el equilibrio fiscal”, explicó. Y anticipó: “En la medida en que mayo y junio los niveles de actividad y el consumo empiecen a traccionar un poco más fuerte, como así también los bienes durables crezcan, la recaudación va a seguir creciendo. Es probable que en el tercer trimestre el Gobierno pueda empezar a pensar en bajar impuestos como los de débito y crédito y evaluar qué hace con las retenciones, que por ahora tienen reducciones parciales hasta el 30 de junio”.

Mas allá del contexto de recortes, Piazza afirma que el gasto se mantiene «estable» y que incluso, en las cuentas publicas, se ve algún que otro aumento en las transferencias a las provincias.

Desde el análisis de Carattini, también hubo un comportamiento relevante de la recaudación: “No cayó a pesar de la baja de impuestos y del recorte de las retenciones”. Además, puso el foco en el mantenimiento de ciertas partidas: “Prestaciones sociales como la Asignación Universal por Hijo se mantuvieron e incluso aumentaron en términos reales. Hoy con la AUH se cubre toda la canasta básica”.

No obstante, advirtió que el margen de ajuste es cada vez más limitado: “Cada vez se hace más escueto el margen de motosierra y licuadora. Van a tener que empezar a ser mucho más finos en qué recortan”. Según el economista, la sostenibilidad del superávit dependerá de la evolución de la economía: “Si tenes una inflación mucho más baja y aumento en el nivel de actividad, no debería haber problema. El riesgo aparece si no se sostiene esa expansión, que es la que impacta sobre impuestos ligados a la actividad”.

El economista consideró que el Gobierno mantendrá la meta fiscal como prioridad: “El mercado está descontado que va a hacer todo lo posible para sostener el superávit. Tienen herramientas para lograrlo”. Aunque también mencionó que el escenario político puede influir: “El Gobierno necesita sumar apoyo en el Congreso para mantener los vetos y no tratar proyectos incómodos como el de las jubilaciones”.

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