Las consultoras privadas estiman que la inflación de octubre se ubicará entre 2,1% y 2,5%, con una leve aceleración respecto de septiembre. El triunfo de La Libertad Avanza podría anclar expectativas y moderar la suba de precios hacia fin de año pero, según analistas, el nivel de consumo se vuelve la principal ancla para la actualización de listas.
Hasta el momento, hubo un escaso nivel de pass through sobre los precios pero incluso en este escenario, la inflación de octubre volvería a superar el 2% y consolidaría una leve aceleración respecto de septiembre, cuando el Índice de Precios al Consumidor (IPC) se ubicó en el 2,1%. Según las distintas estimaciones privadas, el número podría ubicarse entre 2% y 3%, dependiendo del alcance de los aumentos.
La consultora LCG sostuvo que “en las últimas cuatro semanas la inflación promedio se aceleró a 2,9% mensual y la inflación punta a punta del período se ubicó en 3%”. En su relevamiento semanal, el rubro Alimentos y bebidas no alcohólicas —el de mayor peso en la canasta— mostró una suba del 1% en la última semana del mes; el promedio mensual general podría cerrar en torno al 2,5%.
Pese a la aceleración observada durante casi todo octubre, algunos analistas creen que la última semana pudo haber estado condicionada por el resultado electoral. El triunfo de La Libertad Avanza habría contribuido a morigerar los aumentos esperados, en un contexto de tensión cambiaria pero con expectativas más estables.
En esa línea, la consultora EcoGo midió que la inflación de alimentos se aceleró al 0,8% en la cuarta semana del mes. Según sus datos, la semana previa a la contienda electoral marcó una leve aceleración en los precios y reflejo «la búsqueda de cobertura ante un potencial resultado adverso para el oficialismo, que se tradujo en la suba del tipo de cambio». Sin embargo, luego del resultado electoral, se corrigió el promedio de la última semana y el de todo el mes levemente a la baja, aclaró el informe. Con ese ajuste, EcoGo proyecta que la inflación de octubre se ubique en 2,4%.
Por su parte, Econoviews prevé una suba del 2,3% durante todo el mes. En su desglose sectorial destacan los aumentos en verdulería (11,4%) y bebidas (2,2%), mientras que en transporte público del AMBA (3,9%), telefonía e internet (3%) y prepagas (2%). Analytica ubicó el IPC en torno al 2,2% y PxQ realizó una de las proyecciones mas bajas con un 1,9%.
Bolsillos en la era Milei: tres datos de consumo antes de las elecciones
Los datos coinciden en un punto: la inflación volvió a ganar impulso, aunque todavía dentro de un rango acotado si se compara con los picos anteriores. Según el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central de septiembre, los analistas corrigieron y proyectaron mayores niveles de inflación y un aumento del dólar para todo el 2025, lo que implicaba para ambas proyecciones subas con respecto al sondeo previo relacionado a un contexto de volatilidad en las expectativas generales. En aquel momento, el consenso también preveía que el índice general se mantendría en torno del 2% mensual en los últimos meses y volvería a ubicarse por debajo del 2% recién a partir de enero de 2026.
Sin embargo, esas proyecciones fueron elaboradas antes de las elecciones legislativas y con un panorama distinto. La volatilidad cambiaria previa a los comicios y la posterior corrección de expectativas podrían modificar el escenario y alinearse más a lo que espera el oficialismo para fin de año; el número oficial que elabora el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) se conocerá el próximo 12 de noviembre.
En este escenario, el Gobierno busca aprobar el Presupuesto 2026, que proyecta una inflación de 10,1% para todo el próximo año, un número que genera dudas entre los analistas; por otro lado, las estimaciones de la gestión para el 2025 proyectan una inflación que cierre en torno al 25%. En esa línea, el discurso del presidente Javier Milei asegura que la inflación “desaparecerá hacia mediados del año próximo”, proyección que se convierte en uno de los principales puntos de cuestionamiento a las prioridades del oficialismo, dado que muchos ven difícil alcanzar una desaceleración tan pronunciada en un contexto de alta inercia y además por los daños colaterales que esto pudiera tener.
En este escenario, algunos economistas destacan que el estancamiento del consumo actúa como un ancla para los precios y que los niveles de demanda no resultan los mejores para convalidar aumentos agresivos. Aun así, advierten que una mayor estabilidad cambiaria y el control de las expectativas serán determinantes para que la inflación no vuelva a acelerarse en los próximos meses.
De cara a las fiestas de fin de año, se espera una mayor presión sobre los precios. Diciembre suele ser un mes de mayor consumo, pero también de más inflación por lo que podría poner a prueba la tendencia que el Gobierno busca consolidar.
