El Gobierno busca liberar el uso de dólares sin penalidades ni controles para remonetizar la economía, pero especialistas advierten que la medida podría generar tensiones con organismos internacionales y afectar la transparencia financiera del país.
El ministro Caputo habló de una herramienta para “que se usen los dólares sin dar explicaciones”. Estos podrían ser utilizados para cualquier tipo de operación, desde artículos cotidianos hasta propiedades, sin penalidades ni requerimientos de documentación sobre su procedencia: La intención del Gobierno es que salgan los dólares del colchón.
La idea es que cualquiera pueda hacerlo, por un monto que, aunque aun no se confirmo, alcance los 100 mil dólares.
Los especialistas dicen que no se trata tanto de un blanqueo en el sentido tradicional, donde uno deposita la plata en una cuenta o algo por el estilo, sino de un blanqueo en el sentido de poder usar esos dólares en una operación.
En la práctica: cuando compras algo a partir de cierto monto en dólares, dependiendo de la actividad, hay que hacer un reporte e identificar detalladamente la operación; con esta reforma eso cambiaría drásticamente.
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“Queremos que la gente pueda usar sus dólares sin miedo a que la persigan. Hoy muchos no los gastan por temor a que los busquen, que los investigue la AFIP o la UIF. Entonces los encanutan y los tienen ahí. Eso no le sirve a nadie”, había dicho Caputo.
Esta modificación, implicaría que no se tenga que justificar el origen. La idea del Ejecutivo va a flexibilizar ese tipo de controles.
El economista Lucas Caratini explica que esta medida forma parte de la estrategia del Gobierno por aumentar la circulación de dólares.
“Lo que buscan con esto es remonetizar la economía, y esta medida podría tener un impacto positivo si sucede, dado el monto porque estamos hablando de alrededor de 200 mil millones de dólares en esta condición, explica”
Según Caratini, este alto número “generaría un aumento de depósitos y, a su vez, un aumento potencial de crédito en dólares, que también te podría ayudar con las reservas. Y, bueno, de esa manera cumplir la meta de acumulación sin tener que comprar”.
Para los especialistas, el problema no sería tanto la inflación en dólares —que igual podría interferir, porque si la oferta de dólares es más fuerte, bajaría el tipo de cambio— sino que el riesgo está en que esa flexibilización no afecte normas internacionales sobre lavado, y que Argentina no ingrese a la lista gris del Grupo de Acción Financiera Internacional, porque esto perjudicaría a las empresas del país.
“Los inversores están pidiendo que lo que se implemente no viole ese tipo de normas, y que no se los acuse de que es para lavado de dinero de narcotraficantes o terroristas, básicamente”, cuenta.
Por la idea de que cualquiera pueda hacerlo, las dudas se centran en el tema de la transparencia.
El Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) es una organización que establece estándares globales para combatir el lavado de activos y la financiación del terrorismo. Entre sus objetivos está mantener la estabilidad del sistema financiero y evitar que las economías sean infiltradas por fondos ilícitos.
Los países que no cumplen con estos estándares pueden ser agregados a la “lista gris” o, en el peor de los casos, a la “lista negra”, lo cual trae efectos significativos sobre sus economías.
En octubre de 2024, el GAFI aprobó el Informe de Evaluación Mutua de la República Argentina, por lo que el país no ingresó en la lista gris aunque ahora, este nuevo anuncio genera dudas sobre qué pasará con la Argentina y sus próximas evaluaciones.