La consultora Invecq advirtió que el alivio económico de los últimos días podría estar sostenido por factores externos y transitorios, y que para el Gobierno el verdadero desafío será si aprovecha la oportunidad para rediseñar el esquema o solo busca llegar a las elecciones: qué pasará después del 26 de octubre.
Después de la tensión cambiaria y las ventas del Banco Central para contener el techo de la banda, el respaldo político y los anuncios de Estados Unidos impactaron positivamente en las expectativas. A ello, se sumó una entrada acelerada de divisas por la liquidación del agro luego de que el Gobierno una baja temporal de retenciones a cero. Para Invecq, ese combo “anestesió” al mercado, aunque ahora resta saber por cuánto tiempo y qué decidió el equipo económico para después.
Cabe destacar que el tipo de cambio mayorista había alcanzado el techo de la banda y que el Banco Central se desprendió de US$1.100 millones en solo tres jornadas. “La dinámica resultaba difícil de sostener y el interrogante era cómo se corregiría”, apunta el informe. La respuesta llegó y la confianza del mercado, al menos temporalmente, se restituyó.
De todas formas, tanto el gesto político de Trump y la “lluvia” de dólares del campo son solamente factores excepcionales y no garantizan la estabilidad post octubre.
El anuncio del Tesoro estadounidense tuvo un efecto inmediato con la posible apertura de un swap por US$20.000 millones, la comprar deuda soberana y un crédito stand-by a través del Exchange Stabilization Fund que, como detalla la consultora, «requeriría aprobación del Congreso», por lo que a excepción de ese punto, los demás serían de implementación inmediata
En este escenario, el Gobierno redujo temporalmente las retenciones a 0% para granos y carne hasta el 31 de octubre, con un cupo de US$7.000 millones, que se cubrió en solo dos días; el beneficio para la exportación de carne se extendió hasta noviembre. Como parte de la medida, las cerealeras quedaron obligadas a liquidar dentro de los tres días hábiles siguientes. Así la calma también se vera favorecida por el extraordinario ingreso de divisas. “Ya se liquidaron US$1.870 millones hasta el jueves, sobre un total proyectado de US$6.300 millones —el 90% del cupo—”, detallaron.
De este modo, el mercado se entusiasmo rápidamente: Invecq resalta que en sólo tres ruedas, los bonos soberanos en dólares subieron en promedio 31%, con paridades en torno al 65% tanto para los títulos bajo ley local (Bonares) como extranjera (Globales); el riesgo país cayó más de 500 puntos; el Merval subió; el tipo de cambio mayorista bajo y esa menor presión cambiaria también habilitó un recorte de tasas: el Banco Central bajó la de pases a un día al 25%, más de 10 puntos menos que la semana anterior. La caución diaria cayó del 34% a alrededor de 23%, y las LECAPs comprimieron rendimientos en todos los plazos. “La curva comenzó a normalizarse, dejando atrás la inversión que mostraba rendimientos más altos en los plazos más cortos”, explican.
Más allá del optimismo, en su informe Invecq advierte que “los inversores ya descuentan cambios en el esquema cambiario luego de las elecciones, condicionando la dinámica de precios a la definición del escenario político y económico”. El mercado de futuros y las LECAPs “reflejan tasas implícitas por encima del techo de la banda a partir de diciembre de 2025”.
El punto central, de este análisis, es si el Gobierno aprovechará “esta calma transitoria y el apoyo externo para rediseñar el programa, o si solo buscará ganar tiempo”. De esta forma sostienen que una modificación del esquema actual es “inevitable” y que el tipo de cambio real multilateral subió casi 20% en los últimos meses, el nivel sigue generando “desbalances en la cuenta corriente”.
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Con proyección a 2026, Invecq proyecta necesidades de financiamiento cercanas a US$35.000 millones sin incluir la meta con el FMI: «La cuenta corriente mostraría un déficit de US$10.500 M: el superávit comercial de bienes no alcanzaría para compensar el rojo de servicios y de ingreso primario —cercano a US$11.000 M—. En la CF, el Tesoro y el BCRA enfrentarían vencimientos por US$7.000 M, mientras que el atesoramiento de personas humanas podría llegar a US$15.000 M, siendo sumamente optimistas. El rollover con organismos internacionales se da por descontado».
En este contexto, la decisión del Tesoro de retomar la compra de dólares, se valora como señal en la dirección correcta ya que para los analistas «resulta clave recomponer reservas para darle sostenibilidad al frente externo”.
Como parte del «nuevo paquete de medidas» el Banco Central reinstauró la denominada “restricción cruzada” por lo que quienes operen en el dólar oficial no podrán hacerlo en el financiero durante 90 días. Para Invecq, esta medida “va en la dirección contraria a la liberalización del cepo y evidencia preocupación por parte del equipo económico”.
De cara a las elecciones del 26 de octubre, el apoyo político (y económico) de Estados Unidos junto con la liquidación acelerada del agro lograron moderar las expectativas del mercado que, de todas formas, siguen condicionadas «Esta ventana es transitoria: si se limita a contener la coyuntura, pronto se agotará. La verdadera oportunidad está en transformar este respiro para rediseñar el esquema cambiario» concluyen.
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