La colisión entre un buque carguero y un petrolero en el Mar del Norte, cerca de la costa este del Reino Unido, provocó un incendio que continuaba ardiendo este martes.
El accidente involucró al «Stena Immaculate», un petrolero fletado por el ejército de EE.UU., y al «Solong», un buque portacontenedores de bandera portuguesa. Ocurrió a unas 10 millas de Hull, en circunstancias aún bajo investigación.
La tripulación del carguero reportó la desaparición de uno de sus miembros, mientras que el resto de los 36 tripulantes de ambos barcos fueron rescatados sin lesiones.
El impacto generó un fuego de gran magnitud, alimentado por la ruptura de un tanque de queroseno, utilizado como combustible para aviones militares. Además, la carga del «Solong» incluía cianuro de sodio, un químico altamente tóxico y peligroso en contacto con el agua. Este escenario ha generado preocupación entre ambientalistas y expertos, quienes advierten sobre las posibles consecuencias para la vida marina en una zona conocida por su biodiversidad.
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Las imágenes del incendio dominaron la prensa británica, con titulares alarmantes como “Incendios del infierno” en The Sun y “Catástrofe” en The Mirror. En tanto, el Daily Mail cuestionó cómo pudo ocurrir un accidente de tal magnitud a plena luz del día, considerando la peligrosa carga de ambos barcos. Mientras tanto, el gobierno británico calificó la situación como «extremadamente preocupante», y las autoridades marítimas trabajan en un plan para contener los daños.
Organizaciones como Greenpeace alertaron sobre el peligro ambiental, señalando que el derrame de queroseno en aguas cercanas a zonas de reproducción de marsopas y otras especies marinas podría tener efectos devastadores.
Paul Johnston, investigador de Greenpeace, advirtió que este tipo de contaminación no solo afecta a los peces, sino que también altera toda la cadena alimenticia del ecosistema. A pesar de la gravedad del hecho, el ministro británico Matthew Pennycook aseguró que los equipos de emergencia están preparados para contener la propagación del petróleo con barreras y dispersantes químicos.
Las investigaciones sobre el accidente serán lideradas por Estados Unidos y Portugal, países de origen de los buques involucrados. En paralelo, especialistas en navegación analizan las posibles causas del choque, que podrían incluir errores humanos, fallos técnicos o condiciones climáticas adversas. Mientras tanto, en la ciudad de Grimsby, testigos del sector marítimo como el exmarinero Paul Lancaster expresaron su asombro ante el siniestro: “No entiendo cómo dos barcos de este tamaño pudieron colisionar. Algo grave debió haber fallado”.