A los 56 años, Jennifer Aniston sigue siendo una de las figuras más queridas y activas de Hollywood. Sin embargo, tras casi cuatro décadas de carrera, la actriz confesó que hay un sueño que aún no ha cumplido: actuar en una obra de Broadway.
«Definitivamente quiero hacer una obra en Broadway. Está en mi lista de cosas por hacer», reveló en una entrevista con la revista People. La dificultad, según ella misma explicó, está en encontrar el tiempo y el material adecuado para dar ese salto.
Ese anhelo teatral llega en un momento de reflexión personal. Aniston reconoció que su vida profesional ha dominado por completo su rutina durante años. «Soy un poco adicta al trabajo«, admitió, y contó que está haciendo un esfuerzo consciente por frenar la inercia laboral y priorizar el autocuidado. «Me estoy obligando a intentar tomarme un tiempo para viajar y no trabajar», dijo.
La estrella de Friends destacó la importancia de encontrar un equilibrio real entre su vida personal y profesional, aunque también reconoció lo desafiante que eso resulta para ella. «Es tan crítico, lo sé, pero no soy buena en ello», confesó. Su objetivo es desconectarse de los compromisos y abrir espacio a nuevas experiencias que no estén relacionadas con el trabajo.
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Con ese fin, Aniston incluso fue considerando estrategias tecnológicas para poner límites. «Estoy intentando desesperadamente aprender a crear esas respuestas automáticas cuando llegan correos y mensajes, donde diga: ‘Estoy fuera para siempre. Pero llámame en diciembre, estaré de vuelta’«, comentó entre risas.
La posibilidad de concretar su debut en Broadway podría representar para ella no solo un nuevo desafío artístico, sino también una forma de reconectar con las emociones que impulsaron su carrera en sus primeros años. De hecho, antes de alcanzar la fama en la televisión, Aniston había actuado en obras fuera de Broadway y estudiado en una escuela de artes escénicas en Nueva York.
«Nuestro trabajo tiene rendimientos decrecientes al final del día si solo trabajas tanto que no tienes ninguna experiencia maravillosa en la vida», afirmó con sinceridad. Esa declaración no solo retrata el agotamiento de los últimos años, sino también el deseo profundo de reconectar con una versión más libre y vital de sí misma.
En medio de una carrera marcada por el éxito constante, Aniston busca redirigir sus pasos. Broadway aparece como una meta personal, pero también como un símbolo: la posibilidad de redescubrir su pasión en el escenario y de recuperar un poco del equilibrio que su «adicción al trabajo» le había arrebatado.