La revista People dio a conocer su elección del “hombre más sexy del mundo”, un galardón que cada año corona a una figura del espectáculo global. Después de un linaje reciente que incluyó a Michael B. Jordan, Paul Rudd, Chris Evans, Patrick Dempsey y John Krasinski, la distinción de 2025 aterrizó en la realeza romántica de Netflix: el actor británico Jonathan Bailey, estrella de Bridgerton y uno de los rostros que redefinió el concepto de galán en tiempos de plataformas y binge-watching.
A sus 37 años, Bailey confesó que lleva este título entre la sorpresa y la ironía: “Es un honor enorme, aunque completamente absurdo”, aseguró entre risas, admitiendo que guardó silencio durante días para respetar el anuncio y que algunos cercanos “se enfadarán por no habérselos contado”.
El actor recordó que durante su infancia no se veía como alguien atractivo y que, incluso ya trabajando en la industria, las dudas convivían con el elogio. “Hoy me siento bien en mi propia piel”, dijo, tras relatar una reciente zambullida en el mar que le devolvió esa seguridad que —según él— había perdido con los años.
Nacido el 25 de abril de 1988 en Wallingford, en el condado inglés de Oxfordshire, Bailey creció en una familia numerosa y artística, y pisó un escenario profesional por primera vez a los ocho años, en el Royal Shakespeare Theatre. Sin título universitario en interpretación, aprendió desde abajo, encadenando trabajos que lo llevaron de producciones teatrales a series británicas y luego a un salto mayor: su papel en Broadchurch y su paso por Doctor Who le allanaron el camino hasta el fenómeno mundial que significó incorporar su apellido al universo Bridgerton en 2020.
Esa visibilidad impulsó también su carrera cinematográfica: sumó créditos en Jurassic World: Rebirth y Wicked, donde compartió elenco con Ariana Grande y Cynthia Erivo.
Bailey suele insistir en que el éxito no le resultaba inevitable, más bien todo lo contrario: “Siempre pensé que había cosas fuera de mi alcance, y cuando llegué a Wicked pensé: quizá todo esto sea creer en uno mismo”, dijo meses atrás, reivindicando una trayectoria que combina disciplina, vulnerabilidad y una cuota de sorpresa ante cada gran escenario conquistado.
Más allá de la pantalla, Bailey es noticia por su pasión por el deporte —ha corrido maratones, triatlones y hasta escaló parte del Everest— y por haber hablado abiertamente sobre su identidad sexual, pese a los consejos que le recomendaban silencio para no perder papeles. “Preferí vivir libre y poder tomar de la mano a mi pareja”, explicó en 2022, una declaración que lo convirtió en referente para muchos. Hoy, prefiere mantener su vida sentimental en reserva, pero sí adelantó un deseo íntimo: ser padre. “Si los planetas se alinean, quiero tener hijos”, aseguró, fiel a su estilo entre la ternura y la honestidad brutal.