La 82ª edición del Festival de Cine de Venecia abrió este miércoles entre canales iluminados, flashes y expectativas por estrenos que podrían marcar la temporada de premios. Sin embargo, la cita italiana no es solo una celebración de estrellas: los organizadores trabajan para limitar las manifestaciones políticas que podrían irrumpir durante los próximos diez días, en medio de un contexto internacional sensible.
La alfombra roja frente al renovado Palazzo del Cinema ya da la bienvenida a celebridades y cineastas de todo el mundo, incluyendo una destacada presencia argentina.
Entre los estrenos más esperados se encuentra Nuestra tierra, documental de Lucrecia Martel, fruto de 14 años de trabajo que reconstruye el asesinato en 2009 de Javier Chocobar, líder de la comunidad indígena chuschagasta en Tucumán. La película, fuera de competencia, tendrá su función más importante en la Sala Grande, con capacidad para 2.300 espectadores, mientras que otras producciones argentinas como Pin de Fartie de Alejo Moguillansky, The Souffleur de Gastón Solnicki y El origen del mundo de Jazmín López competirán en la sección Orizzonti, donde participa como jurado el compatriota Fernando E. Juan Lima.
El glamour se combina con tensiones políticas. La ausencia de estrellas como Gal Gadot, vinculada a su respaldo a Israel, y la potencial llegada de manifestantes pro-Palestina mantienen alerta a los organizadores. Alberto Barbera, director artístico del festival, adelantó que se buscará “limitar y contener” cualquier acción que pudiera convertir al evento en un escenario partidista.
Las principales protestas se esperan el 30 de agosto, en la avenida Santa Maria Elisabetta, punto estratégico entre Venecia y el Lido.
Mientras tanto, el festival sigue ofreciendo su cara más brillante: estrenos mundiales como Caza de brujas con Julia Roberts, Jay Kelly con George Clooney y Adam Sandler, Bugonia con Emma Stone, The Smashing Machine con Dwayne Johnson y Emily Blunt, y Frankenstein de Guillermo del Toro, se suman a la apertura con La Grazia de Paolo Sorrentino. La ceremonia también homenajeará a Werner Herzog, ganador del León de Oro a la trayectoria, con un discurso de Francis Ford Coppola, confirmando que Venecia combina cine, historia y un pulso constante con la realidad del mundo.