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Logros contrarreloj: innovaciones argentinas frente a la pandemia
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Logros contrarreloj: innovaciones argentinas frente a la pandemia

A tan solo un mes y medio del decreto de las medidas de aislamiento social preventivo, trascendió la buena noticia del desarrollo del primer test local para medir anticuerpos por parte de investigadores del Instituto Leloir y Conicet. 

Se trata de una prueba muy útil cuando se evalúa el plasma de pacientes recuperados que podría ser usado terapéuticamente. También sirve para monitorear la evolución de la pandemia en poblaciones específicas, como el personal de salud.

Su nombre es Covidar IgG y se desarrolló tan solo en 45 días. Su bajo costo es una de las ventajas destacadas por el equipo científico. “Traer los kits serológicos del exterior a nuestro país también tiene un costo adicional. Nuestro objetivo es producir miles de placas y ponerlas al servicio de las autoridades de Salud sin un fin comercial”, contó Diego Álvarez, uno de los desarrolladores de este proyecto. 

Suero hiperinmune contra el Covid-19. Otra investigación esperanzadora de la misma universidad es esta innovación que es más eficaz que el plasma de personas recuperadas y podría ayudar a combatir la pandemia en el corto y mediano plazo.

El descubrimiento fue desarrollado a partir del suero de caballos. Para lograrlo, “se utilizó como antígeno una proteína recombinante del virus SARS-CoV-2. Esa proteína se inyectó en caballos, para obtener anticuerpos policlonales. El suero producido contiene gran cantidad de estos anticuerpos con capacidad de impedir que el virus ingrese a las células y se multiplique”, explicaron los investigadores en el sitio web de la Universidad.

Todo esto fue posible gracias a una articulación público privada de la que participaron el Centro CRIP de la UNSAM y el laboratorio INMUNOVA. “El inconveniente con el plasma de convalecientes es que hay una limitada cantidad de donantes, que ofrecen una baja cantidad de anticuerpos. Los caballos tienen la capacidad de producir una muy alta  concentración de anticuerpos, por eso los sueros equinos se usan hace más de 100 años”, explicó el director del Centro CRIP del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas (IIB) de la UNSAM y director científico de Inmunova, Fernando Goldbaum. 

“El suero hiperinmune, a partir de suero de caballos inmunizados, en pruebas in vitro funciona entre 20 y 100 veces mejor  que el suero de pacientes convalecientes”, detalló.

El desafío consiste ahora en probarlo en pacientes de más de 18 años con diagnóstico de COVID-19 y menos de diez días de síntomas, para comprobar si los resultados obtenidos en el laboratorio se replican en personas y si no existen efectos adversos. Si pasa esas pruebas, podría ser producido en cantidad necesaria como para enfrentar la pandemia mientras se espera el desarrollo de una vacuna.

Cápsulas para trasladar pacientes. El personal de la Clínica Cruz del Sur, en Santa Cruz, ideó este dispositivo pensado especialmente para que los pacientes de COVID-19 puedan ser traslados sin contagiar  a los trabajadores de la salud.

Permite llevar a los pacientes desde su domicilio hasta el hospital en ambulancia e incluso, que el paciente sea introducido en el tomógrafo sin salir de la cápsula. Para eso, tiene incorporado un ventilador con filtro respirador que permite una adecuada ventilación.

Cuenta también con guantes para que el personal pueda introducir sus manos si necesita realizar movimientos con el paciente durante el traslado. La clínica está realizando donaciones a hospitales para que puedan contar con este método preventivo.

¿Una vacuna argentina?  Científicos locales se encuentran en la fase pre clínica para desarrollar una vacuna contra el nuevo coronavirus. Juliana Cassataro, jefa de laboratorio en el Instituto de Investigaciones Biotecnológicas Dr. Rodolfo Ugalde (IIB), que depende de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam) y del Conicet, lidera un equipo interdisciplinario formado por inmunólogos, virólogos y expertos.

Con un subsidio del Ministerio de Ciencia, la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y el Conicet, están desarrollando la tan esperada vacuna, cuya ventaja respecto a los 136 proyectos a nivel mundial que se encuentran más avanzados, sería que utilizaría la cepa local.

La idea es que la vacuna a desarrollar contenga proteínas puras del nuevo coronavirus que, al ingresar al organismo, no infecten las células, pero sean reconocidas por el sistema inmunológico para que genere anticuerpos.

“Utilizaremos tecnología innovadora para aplicar distintas formulaciones no solo inyectables sino también por vía oral, ya que, al no requerir personal adiestrado para su aplicación, en el caso de una pandemia como esta sería de gran utilidad”, afirmó Cassataro al diario La Voz.

Una vez demostrada la seguridad y eficacia de las vacunas en la fase preclínica en un plazo de 6 a 9 meses,  será importante conseguir mayor financiación y asociarse con otros sectores del Estado Nacional y/o empresas farmacéuticas que puedan realizar los ensayos clínicos.

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